lunes, 19 de julio de 2010

La caricia perdida, de Alfonsina Storni

Dicen que es en los momentos tristes cuando se aprecia mejor la belleza de la poesía; que es en alma en carne viva donde el veneno –o el antídoto- de la literatura deja su huella más profunda. Nunca ha sido mi caso: siempre he necesitado de la alegría y de la tranquilidad de un porvenir con cielo claro para poder disfrutar de los juegos de la palabra y la emoción. Y sin embargo, a pesar de que ahora mismo, mientras escribo esto que leéis, me domina la melancolía de la fría desnudez de estas cuatro paredes que han sido mi hogar durante los dos últimos años, a pesar del peso que me deja en el ánimo la conciencia de saber la ilusión con la que llegué aquí y la falta de ella con la que me iré, a pesar de todo hoy el cuerpo me pide la caricia amable de un poema. Uno como este de Alfonsina Storni, tan cargado de soledad y de añoranza. Y tomándole prestadas sus propias palabras -ella sabrá perdonar tanto descaro- voy a dedicar el poema a aquellos que, como a la escritora argentina, jamás se les cumplió ningún sueño.

LA CARICIA PERDIDA

Se me va de los dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos... En el viento,
al pasar, la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida ¿quién la recogerá?

Pude amar esta noche con piedad infinita,
pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida, rodará... rodará...

Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña que te toma y te deja,
que te logra y se va.

Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,
si es el aire quien teje la ilusión de besar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida, ¿me reconocerás?


2 comentarios:

Como no me copies te pego

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