Mi protagonista de hoy va a ser John Snow. Un médico inglés que vivió entre 1813 y 1858, que es considerad uno de los padres de la epidemiología moderna. En el año 2003 fue elegido por los médicos británicos como el médico más importante de todos los tiempos. Entres sus méritos hay que resaltar que en 1854 fue capaz de detener una epidemia de cólera en Londres. Situándolo históricamente, esto tuvo lugar unos años antes de que Louis Pasteur desarrollase su teoría de los agentes patógenos (que llevó a cabo entre 1860 y 1864) y que de que Robert Koch identificase la bacteria vibro cholerae (1885).
El cólera es una enfermedad terrible que se manifiesta súbitamente en forma de infección intestinal que puede llegar a ser muy grave. Su llegada a Europa tuvo lugar a principios del siglo XIX. En Hungría hay registros que indican que entre 1830 y 1831 hubo 300.000 víctimas de esta enfermedad, que se propagó por otros países como Francia, Alemania, Inglaterra y también España.

A los tres días del estallido de la epidemia John Snow visitó la zona de la calle Broadwick y descubrió que la mayor parte de las muertes se habían producido en casas próximas a una fuente pública que bombeaba agua del Támesis y que estaba situada en la intersección de esa calle con Cambridge Street. En la fuente no halló ningún rastro reseñable de contaminación. A continuación consultó los registros forenses e hizo una lista detallada de los fallecimientos en esos días. Allí halló algunos datos que le llamaron la atención: ninguno de los empleados de una fábrica de cerveza próxima a esa fuente había contraído la enfermedad, mientras que un asilo que atendía a más de 500 personas apenas había registrado unos pocos fallecimientos. Por otra parte, los informes de las víctimas indicaban que éstas estaban apareciendo en zonas cada vez más alejadas de esa fuente.
Sin embargo Snow no se dio por vencido. Fue preguntando casa por casa en la zona y averiguó que tanto el asilo como la fábrica de cerveza utilizaban el agua de sus propios pozos. En cuanto a esas zonas más alejadas del foco de la epidemia, encontró a familias que le indicaron que había víctimas que preferían el agua de la fuente de Broad debido a su sabor. El médico llegó a la conclusión de que había una relación directa entre el cólera y el consumo de agua de esa fuente. El 7 de septiembre se reunió con las autoridades locales para explicarles sus conclusiones. Antes de su exposición les mostró un mapa en el que había marcado el número de víctimas en cada uno de los domicilios de la zona. Se conservan varios ejemplares, y en ellos se puede apreciar una marca por cada uno de los fallecidos. Allí se puede observar que la mayor parte de ellos se dieron en las zonas cercanas a la fuente (señalada con un aspa como pump). Sus argumentos fueron totalmente convincentes. Las autoridades eliminaron inmediatamente la manija de la fuente y la fuerza de la epidemia en la zona fue disminuyendo hasta desaparecer.

La cita es de John Donne. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; y, por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti.
Esta entrada participa en la VII Edición del Carnaval de Matemáticas cuyo anfitrión es El Máquina de Turing.
¿Aún no te has aburrido lo suficiente?...