lunes, 30 de agosto de 2010

El cumpleaños de Jose Ramón

El otro día fue el cumpleaños de mi amigo Jose Ramón y para celebrarlo nos juntamos toda la pandilla en nuestra casa del árbol particular. Qué bien nos lo pasamos. Jose Ramón trajo pasteles -yo me comí un merengue casi sin mancharme la cara-, Juan Luis se quedó dormido y llegó tarde y todos nos reímos mucho y hablamos y hablamos, hasta que se hizo de noche, de las cosas más raras que se nos pasaron por la cabeza: que si la gnoseología por aquí, que si el siglo de Pericles por allá, que si la voluntad de poder es pura metafísica por el otro lado, que si Marx es como Hegel pero vuelto del revés, como los viejos calcetines sudados y sin remendar de la tía de la Juliana, con todos los pinreles al aire. Adolfo, que es el más gamberrote de nosotros hasta se atrevió a hacer dibujitos en la pizarra, unos rectángulos muy chulos que lanzaban fechas zigzaguentes, como en las películas de indios y vaqueros. Qué gracia me hizo cuando le dió por imitarlas con la mano. Y el Jesús, que no es tan gamberro como Adolfo pero sí es más teatrero, no se quiso quedar atrás y se puso a hacer el movimiento del martillo de Thor con tanta gracia y con tanta fuerza que casi le da en cabeza al pobre de Miguel, que no sabía ni dónde esconderse. Mientras que Joaquín -es un secreto, así que no se lo contéis a nadie- se pasó todo el cumpleaños fumándose la cajetilla de cigarrillos que le birló por la mañana a su madre. Él siempre ha sido el más atrevido del grupo y el que lo quiere probar todo antes que los demás. Al final Jesús y el golfo del Adolfo también se pusieron a fumar. A los demás, como somos más pequeños, no nos dejaron y nos quedamos con las ganas de ser mayores también para poder fumarnos hasta los culos de las colillas. Yo por mi parte, que soy muy vergonzoso y me pongo colorao por todo, no me atreví a hacer las mismas tonterías que los mayores, pero me traje apuntadas en una hoja canciones muy graciosas y muy tontas y me pasé el tiempo intentado recitarlas una y otra vez, siempre con la misma cantinela. Aunque la verdad, me parece que a nadie le hizo mucha gracia mis canciones. Pero de todas formas también me lo pasé muy bien. Todos nos lo pasamos muy bien. Tan tan tan tan tan, pero tan requetebien que juramos de verdad de la buena hacerlo más veces, aunque no sea el cumpleaños de nadie. Por ejemplo por navidad, antes de los reyes, o en fiestas así en las que no haya cole. Bueno, me voy que me quiero zampar mi bocata de nocilla y después bajaré a la era a pegarle unas patadas al balón. Os dejo con las fotos que hizo Paquito donde se nos ve a todos haciendo tonterías y riéndonos mucho mucho:


4 comentarios:

  1. Pido perdón por la estupidez. No me he podido contener.

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  2. La verdad que el ambiente en la sala fue de lo más cálido, con indirectas incluida a que el ventilador solo le daba a los 3 primeros.

    Bueno, de eso también aprenderemos para la próxima ocasión, pero si es en Navidad, me parece que el ventilador no es lo mas apropiado.

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  3. Lo ideal hubiera sido haber grabado la sesión y luego editarla en podcast. La verdad es que la culpa es mía, agoté la memoria de la grabadora del móvil con las canciones de Miguel.

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  4. La verdad que con un micrófono y un portatil, se habría podido grabar la sesión filosófica muy tranquilamente.

    Ordenadores había, programas para grabar el sonido también, pero micrófono no, así que ya sabéis que para Navidad (o cuando sea la próxima sesión) os traéis es utensilio de marras y os podéis estudiar vuestras parrafadas

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Como no me copies te pego

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