Siempre es un placer compartir en este blog algo de mis conocimientos de la música Jazz; en esta ocasión saco a la palestra a un músico del que Miles Davis era un ferviente admirador, y al que quería en su primer quinteto. No es ningún secreto que el mismísimo Miles Davis estaba impresionado por la forma de tocar de Jamal, a pesar de tener a un gran Red Garland en su grupo, que era lo mas parecido a Jamal en esos años, pero Ahmad tenía otras cosas en mente, mas que plegarse a las órdenes de un tipo como Miles. La primera vez que pude oir el disco But not for me de Ahmad Jamal, no solo me llamó la atención su particular percepción del tiempo/espacio en su música, al fin y al cabo no era el primero en hacerlo,o sea, dejar mucho espacio entre notas, consiguiendo que el contrabajo y la batería se distingan mejor.
La configuración de su trío, es la formación clásica de piano-contrabajo-batería, pero estos tres músicos se compenetraban de una manera que no era la usual en esa época, en la que ya empezaban a salir cosas mas radicales y que exigían de una comprensión de la música algo mas que una simple melodía.
En mi opinión el secreto de fátima de este disco del que os hablo, es el impresionante baterista Vernell Fournier, un tipo que no tocaba muy rápido, que no usaba mucho el charles, que tampoco le daba al pedal del bombo, (¿sabría dónde estaba?) pero que mantenía la unidad rítmica que pedían Jamal al piano e Israel Crosby al contrabajo. Su manera de tocar las escobillas, la intensidad a la que le sometía a la caja para darle ese sonido tan peculiar, era la especial característica de su estilo. Y este músico, era el que ha dejado una profundísima huella en otros maestros de la batería, del que se sienten discípulos.
But not for me.
En este tema que os dejo, podéis escuchar y apreciar todos los matices que dejan en la música este trío.
La configuración de su trío, es la formación clásica de piano-contrabajo-batería, pero estos tres músicos se compenetraban de una manera que no era la usual en esa época, en la que ya empezaban a salir cosas mas radicales y que exigían de una comprensión de la música algo mas que una simple melodía.
En mi opinión el secreto de fátima de este disco del que os hablo, es el impresionante baterista Vernell Fournier, un tipo que no tocaba muy rápido, que no usaba mucho el charles, que tampoco le daba al pedal del bombo, (¿sabría dónde estaba?) pero que mantenía la unidad rítmica que pedían Jamal al piano e Israel Crosby al contrabajo. Su manera de tocar las escobillas, la intensidad a la que le sometía a la caja para darle ese sonido tan peculiar, era la especial característica de su estilo. Y este músico, era el que ha dejado una profundísima huella en otros maestros de la batería, del que se sienten discípulos.
But not for me.
En este tema que os dejo, podéis escuchar y apreciar todos los matices que dejan en la música este trío.
Muy interesante ese crepitar de notas chisporroteantes que se pliegan y se despliegan, se ocultan y se persiguen las unas a las otras en contraposición al vaivén laborioso y despreocupado del piano y el contrabajo para terminar retornando, siempre a través del movimiento infinito de su compás, transformadas ya en aquellas otras que les hubieran podido ser contiguas en la escala musical, como si nos quisieran revelar el misterio por el cual allá donde vibre un re menor sostenido siempre será posible la dulce melodía de un re mayor autónomo, más dueño de sus recursos y más consciente de sus limitaciones. O dicho en lenguaje poético, que no sé distinguir ni el piano del contrabajo, pero que me parece una pieza estupenda para escuchar en un día de lluvia mientras te tomas, sentado frente a las amplias cristaleras de tu pub favorito, un irlandes bien cargado y charlas alegremente con los amigos sobre cualquier cosa.
ResponderEliminarSuele ocurrir Mr. Moore, que al Jazz se le quita importancia al creer que es solo una música que crea una bonita atmósfera, que únicamente está para que los amigos puedan charlar, sin que les moleste algo al que éste y otros músicos le dedican no solo su esfuerzo, sino toda su vida en crear algo, y ese crear, amigo mio, es el punto donde hay que pararse, ¿quien es el que es capaz de hacer algo original en estos tiempos?
ResponderEliminarPor lo tanto, no creo que al poner ese comentario, ni mucho menos estés alabando al trío de Ahmad Jamal, al contrario, y eso es algo que me lo tomo a mal, en nombre de Jamal y de cualquier artista de Jazz o de cualquiera de las artes de las que disfrutamos hoy en día.
Debemos de saber apreciar que es lo que nos legan, o no piensas lo mismo que yo...
Saludos,
No, por supuesto que no. Yo no le debo nada a nadie. Cuando el artista publica su obra se expone a que quien accede a ello la tome como mejor le venga en ganas: que use sus libros para cuando se acabe el papel higienico, que ponga sus películas bajo la estantería que cojea o que use su música como mera excusa para emborracharse mientras piensa en lo estupidos que son sus amigos. Es la dura vida de la obra artística y los creadores lo saben y lo aceptan. Por eso yo nunca voy a publicar nada. Ni me voy a casar. Ni comeré ostras caducadas. Ni haré ninguna cosa absurda.
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