Los Amaya

Todo fue un delirio, desde que llegó esa tarde a mi casa y se tomó el primer café de la tarde, hasta que se fué y como recuerdo hizo una última foto de su estancia en Almendralejo, y esa imagen es típica de uno de los comercios más veteranos de esta localidad, que ya desde mi lejana infancia, recuerdo siempre iluminada de la misma forma.

Sí, fue el señor Morky (algún día nos explicará a qué viene ese apodo), al que convencimos de que viniese a charlar en el programita de radio que hacemos para la Fundación Ruy López los martes (que nos da la gana); a él no le importó acercarse y hablarnos sobre la Granja- Escuela que tienen montada a las afueras de Cala (Huelva) y como el tío es lenguaraz y deshinibido pues se llevó el protagonismo en dicha entrevista.

Los compañeros flamenqueros que nos acompañan en el programa estaban fascinados con él y también le preguntaban (esto tiene guasa, por que se supone que son Pedro y Joaquín los que hacen la entrevista...) sobre el huerto y el trabajo que conlleva. Total, que al tío le gusta una jartá la fotografía y se puso con su cámara a hacer fotos en el programa de radio, y después en el bar donde nos tomamos unas copas, y ya al finalizar y como despedida nos dejó ésta imagen tan navideña del comercio Amaya y creo que no está nada mal, un buen encuadre, a pesar de los efectos del vino de la tierra, y del frío que hacía aquél día de Diciembre, se le nota que tiene buen temple y sapiencia con la camarita de marras.

Y yo qué sé por que demonios he hecho esta entrada, pero total, desde hace un par de días se escribe de cualquier cosita, como lo de la cosmética (por ejemplo)..., pues porqué no esto..., demonios.