miércoles, 12 de enero de 2011

Tributo a los pesos pesados

¿Qué clase de bicho insensible hay que ser para no emocionarse con un video como este? De la peor calaña, sin duda. Os ofrezco, aunque sé que no lo apreciaréis, más de un siglo de los pesados comprimido en menos de ocho minutos; una pléyade de momentos que son ya historia de la centuria pasada y que constituyen piezas insustituibles en el imaginario colectivo de un tiempo que, aunque cada vez más lejano, todavía sigue siendo el nuestro. Lo que incluye, entre otros, a Jack Johnson humillando a toda una raza en la carne pálida de Jim Jeffries; a Dempsey talando, con yeso en las vendas, al gigante Willard; a Baer jugando con Carnera como si de un muñeco roto se tratara; a Braddock llegando a ser el cinematográfico hombre cenicienta; a Joe Louis, el bombardero negro, llenando de orgullo los corazones de toda una nación, sin distingos de razas, en su revancha con Schmeling, el protegido del Führer (aunque el nunca fuera nazi); a Marciano dejándolos KO a todos hasta el aburrimiento; a Patterson dándole a probar a Johansson, el martillo de Thor, la medicina de su particular "salto la rana"; al jovencisimo Cassius Clay obligando al campeón Sonny Liston a renunciar a la corona sentado en la banqueta de su esquina; a Frazier, Ali y Foreman conformar los vertices de un triangulo con más aristas de las que la geometría puede explicar; a Tyson poniendo a repiar a Berbick como si de la peonza de un chaval se tratara; a Douglas dejando boquiabierto al mundo, y no sólo al del boxeo, con su KO sobre "Iron" Mike; a Foreman recuperar su título veintiun años después, y veinte años no son nada, pero veinitiuno pesan una barbaridad; a Holyfield cruzando guantes con Foreman, con Bowe, con Tyson y con la madre que lo parió con tal de labrarse su leyenda; y a Lewis cerrar con brillantez el inventario de una categoria y un deporte que merecen sobradamente la atención que aquí reciben. Y el que piense lo contrario que se olvide de esta entrada y se preocupe más por perjeñar historietas de acampadas y batallitas de ajedrez. Vamos, si quiere.

4 comentarios:

  1. buendía en el espejo12 de enero de 2011, 20:46

    He aquí un bicho insensible de los que se emocionan, Alan, que disfruta con todo lo que envuelve al boxeo, y no del boxeo en si mismo o sí; contradicción o no; la músíca,el toque enigmático de la campana donde se aúnan cientos, que digo cientos, miles, que digo miles, millones de miradas ansiosas en cada golpe, el entorno corrupto o no, el memorable celuloide noir, los retos, el black power, pero sobre todo por encima de todas las cosas, MUHAMMAD ALI, y como diría mi amado hermano Jesús, sería imperdonable olvidarse, del paseo contoneante, insultante, tangible y volátil, lascivo y provocador de la chica voluptuosa o no, embutida en un atuendo minúsculo casi imperceptible y portando el cartel del asalto correspondiente, y muchos deseando que la pelea se defina en los puntos y se repita así una y otra vez ese paseo vulgar.
    Bonita entrada Moore

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  2. Ah, amigo, ese si que es tema para otra entrada: boxeo y cine. Así por encima y a vuelapluma se me ocurren algunas como Fat City, Cuerpo y alma, Más dura será la caída, El ídolo de barro, Toro salvaje, Nadie puede vencerme o Rocco y sus hermanos.

    Por cierto, te acompaño en la admiración por Ali y por las chicas de entreasaltos.

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  3. Te he pisado la entrada. Intentaría programarla pero no creas que eso lo domino mucho. siempre puedes dejarla un par de días en borradores. He actualizado ya por dos razones, mañana y creo que pasado no estoy, y teniendo en cuenta esto y mi memoria... o ahora o nunca! Prometo no pisarte más!!!!

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  4. No te preocupes, pisa lo que quieras, total aquí nunca fregamos. Además no siento gran afecto por ver mis entradas colocadas arriba del todo. Me gusta más ver cosas nuevas en el blog. Ahora te dejo comentario. No te escapas.

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Como no me copies te pego

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