Tardes, gente. Van al menos una docena de veces desde ayer que oigo o leo a alguien despotricando contra “el poder alienante del futbol”, en plan “la gente da más importancia a los resultados del último domingo que a…X (léase: aquello que yo considero más importante porque lo digo yo y punto pelota, que para eso soy superior al común de la humanidad).
A ver, señores: ¿cuántas veces ustedes y el que escribe han pasado un rato de charla como la que nos gastamos aquí, después de jugar un partido de futbol en los campos del colegio Santa Ana?Pues eso, que no será tan alienante el deporte este, digo yo.
Con la televisión podemos hablar igual. De acuerdo que su calidad en general es pésima (pero no me vale que incluyan ahí las retrasmisiones deportivas, que en general son de un buen nivel), o incluso que la gente no está educada o entrenada para hacer un buen uso de este entretenimiento, pero de ahí a decir que la tele o el futbol alienan a la población hay un abismo.
Otra cosa bien diferente, y ahí es donde está el meollo, es la calaña de nuestros gobernantes, que usan el tremendo poder de convocatoria de los deportes, la televisión, el sexo o cualquiera otra cosa que sea popular para, fomentando su difusión hasta la saciedad, tenernos todo el tiempo posible apartados de la vida pública y así campar a sus anchas con las practicas que todos tenéis en mente y sin que se alce ningún puño en su camino que les pare los pies.
De todo esto deduzco que al personal le es más fácil criticar lo que hacemos que proponer alternativas o enseñarnos a usar bien estas actividades de ocio que no tienen nada de malo en su concepción y que, casi siempre, enriquecen nuestras vidas.
A ver, señores: ¿cuántas veces ustedes y el que escribe han pasado un rato de charla como la que nos gastamos aquí, después de jugar un partido de futbol en los campos del colegio Santa Ana?Pues eso, que no será tan alienante el deporte este, digo yo.
Con la televisión podemos hablar igual. De acuerdo que su calidad en general es pésima (pero no me vale que incluyan ahí las retrasmisiones deportivas, que en general son de un buen nivel), o incluso que la gente no está educada o entrenada para hacer un buen uso de este entretenimiento, pero de ahí a decir que la tele o el futbol alienan a la población hay un abismo.
Otra cosa bien diferente, y ahí es donde está el meollo, es la calaña de nuestros gobernantes, que usan el tremendo poder de convocatoria de los deportes, la televisión, el sexo o cualquiera otra cosa que sea popular para, fomentando su difusión hasta la saciedad, tenernos todo el tiempo posible apartados de la vida pública y así campar a sus anchas con las practicas que todos tenéis en mente y sin que se alce ningún puño en su camino que les pare los pies.
De todo esto deduzco que al personal le es más fácil criticar lo que hacemos que proponer alternativas o enseñarnos a usar bien estas actividades de ocio que no tienen nada de malo en su concepción y que, casi siempre, enriquecen nuestras vidas.
Todo lo que sea sumar enriquece a la sociedad. ¿Pan y circo? Pues sí, pero es que el problema no está ni en el pan ni en el circo. Si acaso en el hecho de que la preferencia mayoritaria por estas opciones solape otras alternativas. Pero si es así como lo quiere la gente, ¿quiénes somos nosotros para poner en duda el gusto de los demás? ¿Que son gustos manipulados? Preguntemosle a ellos y a ver cuántos admiten que sus gustos no les perteneces o que son fruto de una voluntad externa a la suya. O cuantos piden ser liberados de esa forma esclavizada de desear.
ResponderEliminarMe temo que bien pocos.
Pues no, compañero. Por supuesto que está bien que se retransmitan deporte por tv, programas del corazón o pornografía.Lo que no es de recibo es que se habran los informativos con semejantes chorradas, día sí y día también. No,no, y no, me niego, no es de recibo que una información importante (no porque lo digo yo, lo dice la lógica) como los 400.000 folios que antes comenté o las últimas jornadas de huelga en Francia queden solapadas por el deporte. Se empieza así y se termina dando cobertura mediática a la muerte de un pulpo. Un momento...
ResponderEliminarQue si, David, que sabemos que es así.Pero a lo que voy: a ti quien te impide apagar la caja tonta si lo que emiten no es de recibo.Si la gente hace esto mismo cada vez, ¿cuanto crees que tardarían en cambiar el contenido?.Pues eso, que a fin de cuentas los espectadores ven lo que quieren ver, por mal que nos siente a los demás.
ResponderEliminarClaro, porque puesto como lo pone David, da la impresión de que estamos obligados a ver la tivi, a tragarnos el inevitable informativo mientras comemos o a telebasurear desde después de la siesta hasta que nos vayamos a acostar. Yo hace más de dos años que no veo televisión. Veo películas, veo documentales, veo deporte, veo series, que muchas veces coinciden con lo que puede emitir la caja tonta, pero todo lo selecciono yo, sin que nadie me imponga nada. Esa es la clave, la televisión tiene mucho tirón y mucha ascendencia sobre nosotros, pero siempre podemos elegir.
ResponderEliminarPos no,no y no.¿Cuántas veces habéis visto en un informativo el típico publi-reportaje en el que se contrata a unos detectives privados para vigilar a los currelas que se escaquean de su trabajo? Podría decir, sin ánimo de exagerar, que más o menos una vez al mes,¡emitido al unísono en todos los canales privados e incluso el nacional,con mis impuestos,ole! Y encima te sacan una cutre-estadística (Patxi ayúdame),que dice que cada año,por absentismo, se pierden tropecientas mil horas de trabajo,te cagas.
ResponderEliminarAhora viene la "cara b":¿Cuántas veces habéis visto lo mismo pero criticando que rarita es la empresa que cumple con los convenios? YO NUNCA JAMÁS.Si eso no es manipulación, que venga Stan Lee y lo vea.
Claro que puedo apagar la tele, de hecho la pongo poco, pero si cada vez que la pongo me dan por detrás,claramente ejerce un efecto manipular,no te jode.