Este verano me han llamado la atención dos artículos que os enlazo a continuación sobre el proceso de abandono de algunas grandes ciudades; en general la humanidad sigue un movimiento opuesto y se abandona el ámbito rural para concentrarse en las grandes urbes, esto pasa desde China a España pasando por la India o Latinoamérica, hasta el punto que estamos en un momento en el que por primera vez en la historia de la humanidad hay más población viviendo en el medio urbano que en el medio rural.
Los dos casos que me llamaron la atención son los de Lisboa y Detroit, por supuesto hay muchas diferencias entre ambas pero también algunos parecidos, en especial lo que se refiere al abandono del casco histórico y el traslado a la periferia, cambiando el modelo de vivienda en un bloque de pisos (ocupación vertical) por el de una casa sea dúplex o similar (ocupación horizontal) en ambos casos las clases pudientes que antes valoraban el vivir en el centro de la ciudad ahora aprecian asentarse en la periferia en barrios más selectos, con lo cual abandonan el centro a la especulación como en el caso de Lisboa (aunque con la crisis el plan de negocio se retrasará bastante) o directamente queda a su suerte como en el caso de Detroit donde el aspecto es directamente fantasmal. En el caso norteamericano además está instalada la idea de que no debe haber actuación de los poderes públicos con lo cual ni se plantea qué hacer con esos edificios y espacios; en el caso europeo sí se demanda que haya una intervención desde los ámbitos políticos, aunque ciertamente el margen económico en la actualidad es prácticamente nulo.
El proceso de abandono del centro de las ciudades por la periferia es un modelo de crecimiento urbanístico típicamente norteamericano que prioriza el uso del coche, esas viviendas unifamiliares que aparecen en el cine (recordad American Beauty) y que se ha trasladado a Europa, en España sólo tenéis que pensar en el auge inmobiliario y esos barrios enormes que han surgido de la nada en Madrid, Sevilla, Valencia, por todos lados y que ahora tienen atrapados en las hipotecas bancarias a tanta gente que paga mucho más de lo que vale su vivienda. Pero esa es otra historia, hoy sólo quiero hablaros del modelo de crecimiento urbanístico y llamar vuestra atención sobre sus contradicciones abandonadas al criterio único del mercado y sus beneficios.
Un último comentario sobre Detroit, recordaros que está en Michigan, el estado donde estaba el triunfante corazón de la industria del automóvil norteamericano y que ahora se encuentra sometida a la crisis económica internacional pero ya venía de un proceso de crisis a cámara lenta, es el estado donde nació Michael Moore el director de Bowling for Columbine, que algo ha mostrado de esa decadencia, decadencia que, dicho sea de paso, creo que la mentalidad norteamericana no reconoce por que no tiene esa experiencia histórica, y que los que vivimos en Extremadura y caminamos por pueblos donde los edificios más representativos proceden del siglo XVI (cuando la mesta era un poderoso vector económico) podemos empezar a entender si nos paramos a pensar. Os dejo ahora con los enlaces, el último lleva a unas magníficas fotografías que forman un libro que todavía no se ha puesto a la venta, no os las perdáis porque son sensacionales.
Lisboa, la capital del vacío.
http://www.elpais.com/articulo/reportajes/Lisboa/capital/vacio/elpepusocdmg/20100801elpdmgrep_6/Tes
Blog Motel Americana por Álvaro Llorca y María Sánchez
http://blogs.elpais.com/motel-americana/2010/07/detroit-es-el-abismo.html#more
Las ruinas de Detroit, libro de fotografías de Yves Marchand y Romain Meffre
http://www.marchandmeffre.com/detroit/index02.html
también hay una exposición y en la página web de la galería se pueden ver algunas fotos distintas a las anteriores
A mí el caso de Detroit me recuerda al de aquellas ciudades, tipo Deadwood, que nacían y morían al calor de los buscadores de oro. Posiblemente porque el capitalismo consista justamente en eso, en buscar la beta de oro, explotarla sin compasión, y una vez agotada, se recoje el Saloon, la casa de juegos y las putas y nos vamos a otra beta. Y que cada cual arreé como pueda. Es la idea que supongo está intentando enseñarnos la simpatiquísima Espe en Madrid, aunque nosotros, cabezorros como somos, nos empeñamos en no comprenderla.
ResponderEliminarAhora entrando al trapo en el asunto de las posibles soluciones, yo creo que el problema de Detroit, y tal vez hasta de los Pistons, que no levantan cabeza desde que cambiaron a Billups por Iverson, se solventa permitiendo la entrada masiva de gitanos y rumanos en Michigan. Ellos tardarían bien poco en reocupar y darle utilidad a todos esos edificios abandonados e incluso de impulsar una nueva vitalidad y un nuevo brío al cozarón de Detroit. Pues anda que no saben na de mecánica esta gente, tardan mucho en hacer funcionar los coches de tercera y hasta cuarta mano (¿será políticamente incorrecta mi propuesta? No sé, que se ocupen del asunto los correctores políticos profesionales. A mí plin)
Las vetas de oro, se escriben con "v", las versiones beta con "b". Disculpa que te lo diga en público, y no me confundas con un corrector político profesional. En cuanto al meollo del asunto has resumido de manera excelente como funciona el capitalismo, al menos en su versión norteamericana neoliberal, que son las recetas que al abrigo de la crisis nos van llegando a todos y parece que van a condicionar el resto de nuestras vidas, al menos a los que lleguen a la edad de jubilación (¿67,70 años?). Qué ingeniosos son estos empresarios y economistas, no hay trabajo para los de 30 y nos ofrecen trabajar hasta los 70. Sí, agotar la veta y a los mineros y después dejar los residuos contaminantes para los que vienen detrás. Aquí en mi pueblo hay una de esas, a cielo abierto, de una multinacional de la minería, sacan el níquel y va para China, tienen subcontratas y les aprietan las tuercas a los trabajadores, ahora andan de huelgas para conseguir un convenio, y dan las gracias porque pueden trabajar, qué historia más vieja.Lo asombroso es que haya quien se lo crea y piense que es la única manera de hacer las cosas. Pero que no se diga, por ayudar a los banqueros y a los empresarios necesitados lo que haga falta, que para eso son los creadores de riqueza. Si es que te tienes que reir. Cómo se lo montan.
ResponderEliminarYo en verdad me refería a los "bideos veta", aquellos que comercializara Soonni sin éxito, precisamente por culpa de su mayor calidad con respecto al BHX. Estás perdonado por la descortesía; entono el mea culpa por escribir a la ligera sin consultar mis frecuentes dudas ortográficas (en verdad el problema es que no dudo). Lo malo es que con tu comentario ya no puedo corregir el mío, so pena de que el carro acabe tirando de los bueyes, con lo que ahí se quedarán las betas haciendo daño a ojos más sensibles que los míos. En fin...
ResponderEliminarLa política se está convirtiendo -tal vez siempre lo ha sido- en el arte de persuadir a las masas de que lo que más les gusta es la sodomía. Cuando al fascismo tradicional le preguntabas "¿por qué me das por culo?" te respondía "porque así lo quiero yo". Ahora te responden "porque así lo quieres tú" y a esa diferencia la han llamado democracia. Parece que nadie se percata que lo que nos molestaba del fascismo tradicional -el fascismos moderno es otro nombre más de la democracia- no era la respuesta, sino el acto en sí. Como la cosa en sí.
En cuanto a lo de los 30 y los 70, pues bueno, cuando las estadísticas son la única realidad estas gilipolleces pueden hasta parecer razonables. Porque si lo piensas bien, si no permitimos la jubilación hasta la muerte y si extendemos la enseñanza obligatoria hasta los 40 nos habremos quitado de un plumazo todo el paro y sus subsidios; todos los pensionistas y sus pensiones. Cosa que nos pondría de inmediato a la cabeza de los países con mejores estadísticas en bienestar social. Que es lo importante.
¿Qué hay de malo en la sodomía? JLCF.
ResponderEliminarNo,nada; si con el tiempo hasta acabas cogiendole gusto al tema. Eso sí, no olvides nunca que en esta historia de amor nosotros seremos siempre la parte pasiva, a la que más le cuesta sentarse después.
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