¿Puede haber algo más hermoso en la vida que mirar coños? Coños rubios, coños azabaches, coños furibundos o coños por desprecintar... qué más da, todos son bellos. Aunque quizá el más exquisito sea el coño pelirrojo, esa hoguera flameante que ilumina al mundo...
Desde luego algo me queda claro de la lectura de La voluptuosidad de Blutch: que todo gira en torno a esa porción de la anatomía femenina. Y después está el mono y su piedra...
Más allá de eso, del coño, el mono y la piedra, el resto se me hace bastante opaco... ¿De verdad se supone que tras todo este amasijo arbitrario de imagenes y palabras se esconde un significado? Anda ya, el Blutch lo que es es un cachondo en el más amplio sentido de la palabra...
y ahora qué hago? comento, enseño mi coño? digo que no es pelirrojo... puf no sé que hacer. Lo dejo a tu gusto.
ResponderEliminarun movil sin batería.
No te apures Ana, todo está explicado en el tebeo. Sólo tienes que leerlo y salir de dudas (¡enseñar, enseñar, enseñar!). Y con respecto a lo otro, en fin, nada irreparable: para eso existen los tintes...
ResponderEliminarUn condensador de fluzo.
No sé qué es lo que me ha atraído a poner aquí un comentario...
ResponderEliminarEs el poder de atracción que ejerce el coño, david, un impulso animal incontrolable, un hambre que nunca se sacia, una sed que quema hasta los pelillos del culo...
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