No vamos a ser menos que los demás: nosotros también tenemos derecho a disfrutar del chiste de Arguiñano. Aunque no tengo claro si en verdad llega a chiste o se queda en simple humorada, boutade del montón, o comentario simpático... Da igual, a mí me hace mucha gracia y punto. ¡Ni que esto fuera una democracia, la hostia...!
Dedicado a todos los letrineros madridistas y a todos los monárquicos silenciosos:
Aunque no importe mi opinión (puesto que no es una democracia), como has escrito la entrada, yo opino de todas formas.
ResponderEliminarCreo que este hombre tiene la gracia en un lugar muy oculto. Supongo que para él es una gracia (visto desde su peculiar concepción del humor) y habrá a quien le haya hecho gracia (véase tu caso, sin ir más lejos), aunque, por más que la busco, yo sigo sin verla. Seré miope, humorísticamente hablando.
Un invernal saludo.
Bah, eso es porque no entiendes ni de fúrbol, ni de cocina. Y no me repliques, que mira que te mando pa´Madrid a los grises de Valencia. Hombre, ya está bien, a ver si aprendemos a respetar la autoridad...
ResponderEliminarDios, qué frío me ha entrado de repente.