No, si ya veréis, al final a fuerza de prepararme la sección para La Casa del Mundo voy a terminar por cogerle gusto al cante flamenco. Lo cual constituye una tragedia de hondas repercusiones para alguien que, como yo, lo ha odiado durante tanto tiempo y con tanta intensidad, como corresponde a quien se resiste a que le cuelen por la fuerza lo que siempre le han querido colar. Pero claro, uno se encuentra con maravillas como ésta y no le queda más remedio que abjurar de todas sus fobias pasadas y admitir, un poco azorado por la vergüenza y el orgullo herido, la mucha belleza, delicadeza y poderío que atesora el arte de la Pastora. Eso, y acompañarla en su renegar, porque también, como ella,
Quisiera yo renegar
yo quisiera renegar
de este mundo por entero
volver de nuevo a habitar
mare de mi corazón
volver de nuevo a habitar
por ver si en un mundo nuevo
por ver si en un mundo nuevo
encontraba más verdá
Que maravilla.
Quisiera yo renegar
yo quisiera renegar
de este mundo por entero
volver de nuevo a habitar
mare de mi corazón
volver de nuevo a habitar
por ver si en un mundo nuevo
por ver si en un mundo nuevo
encontraba más verdá
Que maravilla.
Ja!! eso es que no me has visto a mi cantar Como una ola!! te gustaría aún más el flamenco. Yo aún tengo que aprender a oirlo.
ResponderEliminarUn guiño cómplice
Qué no me la dais! Esta es Ana cantando. Su voz, su entrega, sus ademanes son inconfundibles.
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