miércoles, 24 de noviembre de 2010

CCCP





Protestando el otro sabado contra la OTAN, protesta que afortunadamente no ha caído en saco roto y que ha servido para sacarles un escudo antimisiles nuevo, que buena falta nos hacía ya, fuimos a juntarnos en la lisboeta Avenida da Liberdade una extensa montonera de rojos, pseudorojos y rojillos con nuestras pancartas, nuestras consignas y nuestras banderolas bermejas y todas sus hoces y sus martillos. Vamos, un espectáculo grandioso para quién, como el que suscribe, se confiesa un pobre progre fan de lo retro. Y es que es ver la bandera -y su hoz y su martillo- y venirseme inevitablemente a la memoria aquella maravillosa selección de baloncesto de la Unión Sovietica de los años 80, que con su CCCP (de pequeño un primo mio se empeñaba en traducirlo como Comunista Como una Casa, Pedro) a la espalda o al pecho, tantos y tan buenos momentos nos deparó. Un combinado que se coronó campeón del mundo en el 82, subcampeón en el 86 y que en el 88 echó de una final olimpica por primera vez en la historia a los EE.UU., obligándoles de paso a poner toda la carne en el asador en el 92. Y si le damos nombre al equipo de Gomelsky, hasta me enfermo de nostalgia: Tarakanov, Jovaisa, Belostenni, Tkachenko, Volkov, Marciulionis, Sokk, Homicius, Tikhonenko, Valters o Kurtinaitis. Pero sobre todo Arvydas Sabonis, para mí, y con permiso de Drazen o de Pau, el mejor jugador europeo, al menos de formación FIBA, de la historia.




Afortunadamente la dolencia tiene cura y no resulta cara. Vale con subir unos cuantos videos del objeto añorado y aquí paz y después gloria. Para ello me decanto por tres. El primero corresponde al soprendente desenlace de las semifinales del campeonato del mundo del 86 que enfrentó a nuestra queridísima URSS con Yugoslavia. Con apenas un minuto por jugar y nueve puntos abajo, (76-85) el equipo proletario consiguió forzarle la prórroga a los hermanos Petrovic y de paso hacer llorar a un jovencísimo Divac. Por cierto, en el tiempo añadido ganó la URSS.






Los otros dos son selecciones de los mejores momentos de Sabas. En uno podemos ver a Sabonis solazándose de mocito antes de la lesión de rodilla que le condenó a jugar casi toda su carrera cojo, volviendo loco, entre otros, a David "el almirante" Robinson.





En el último se hace repaso general a su carrera. A pesar de que tiene poca calidad de imagen, merece la pena aunque sólo sea por la recopilación de pases, mates, bandejas y triples del lituano en su paso por la NBA. Una auténtica gozada


3 comentarios:

  1. ¡Qué grandes los vídeos de Sabonis! Yo, que soy jovenzuelo, no lo había visto jugar apenas, aunque me encanta ver el baloncesto. Gracias por colgar esta maravilla.

    Un saludo.

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  2. No había visto el último vídeo. Pero bueno, este tío lo hacía todo bien, ¿no? Pases espectaculares, mates, rebotes, tapones imposibles, tiro exterior... ¿También defendía bien, por curiosidad?

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  3. Sí, defendía bien y era reboteador. El mayor defecto de Sabonis, además de la merma física que arrastró a partir del 86 por culpa de su rodilla, es que se trataba de un jugador un tanto apático que podía desaparecer fácilmente del juego durante muchos minutos en cada partido. A eso habría que añadir que pese a su 2,18 m no era un pivot que se sintiera especialmente comodo jugando en la pintura, sobre todo de espaldas al aro: por encima de cualquier otra consideración fue un increíble pivot pasador que además tenía muy buena muñeca para el tiro exterior. Aun así, se consagró como un jugador tremendamente decisivo, capaz de devolverle la copa de Europa al Real Madrid después de muchos años de sequía o de finiquitar por la vía rápida una final de play off contra el Barcelona con un contundente 3-0.

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Como no me copies te pego

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