viernes, 26 de noviembre de 2010

Vladimir Nabokov en Apostrophes

Aunque sea difícil de creer, hubo un tiempo, allá por la época en la que todos conservabamos aún nuestro juego completo de pelo, o sea hace mucho mucho tiempo, en el que al JL le encantaba poner en evidencia nuestra ignorancia literiaria reclamándonos el conocimiento y la lectura, entre la de otros muchos y muy reputados autores, de la obra de Vladimir Nabokov. Presunción injustísima a la que servidor se oponía preguntando a su vez si Nabokov era la versión pornográfica de Robocop. Curiosamente y contra toda probabilidad, resultó que no, que no tenía nada que ver con el policía cibernético. Después, con el paso de los años, algunos nos molestamos en leerlo y hasta en hacer de su Palido fuego una de nuestras novelas preferidas, más incluso que Lolita. Y luego, ya en la era digital y sin nuestro juego completo de pelo, la intervención de Vladimir en el legendario programa literario Apostrophes, conducido por el no menos reputado Bernard Pivot, nos sirvió para cosechar un primer éxito popular en nuestro desaparecido canal del tubo. Entrevista, por obra y gracia del tiempo libre que nos permite nuestra situación laboral, ya rehecha y remendada para mayor disfrute de todos los letrinos. En cuatro partes, cada una de su padre y de su madre (maldita censura); con subtítulos y con un audio tan deficiente que exige el uso de unos buenos altavoces. Pero como ninguno entiende francés, qué más os da. Hala, a leer:









1 comentario:

  1. No es justo, ni un sólo comentario ¿Nabokov no lo merece? Es porque es hombre, verdad, si fuera un rubia de tetas gordas la cosa cambiaria, sátiros. Aquí unos aspirando al record mundial y yo suspirando por una mierda de comentario. A partir de hoy voy a limitar mis churrientradas a una por semestre. Y además todas dedicadas a Amanda Harrington: Amanda Harrington estudiando, Amanda Harrington se divierte, Amanda Harrington y su primer novio, Amanda Harrington va a la guerra...

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Como no me copies te pego

Reservado todos los derechos a los lectores, que podrán copiar, manipular, alterar y hasta leer todos los textos de este blog. Eso sí, se agradecería que mencionaran de dónde diablos han sacado el juguetito.