Alan Moore contra el cine (o Alan Moore en Días de cine)

Es una lástima que con lo mucho que nos gustan uno y otro tengamos que estar condenados a una relación tan tensa y tan traumática. Tal vez, siendo extremadamente generosos, pudiéramos aceptar V de Vendetta como divertimento palomitero no exento por completo de cierto brio. Y quizá tampoco se le pueda negar a Watchmen el mérito de haber respetado fotograma a fotograma la apariencia del cómic -que no su espíritu-; de ser en definitiva algo distinto a esa película de superheroes al uso que sin duda también podría haber sido (hay quien piensa que en el fondo es aun peor). Pero por más buenas intenciones que le echemos a la causa, por más que queramos quedarnos con el lado positivo, me temo que lo de From Hell y La liga de los hombres extraordinarios es irreparable lo tomemos por donde lo tomemos, una pesadísima carga que justificaría con creces el divorcio definitivo del genio (¿se podrá usar ese adjetivo aquí sin herir susceptivilidades?) inglés con el séptimo arte. Probablemente sea acertado decir que gracias a las adaptaciones cinematográficas se ha hablado, y mucho, y muy bien, de su figura y de su obra; que gracias a Hollywood Moore ha adquirido una relevancia mediática más allá del mundillo del cómic de la que seguramente jamás hubiera disfrutado de no ser por la fábrica de chu... digo de sueños. Me parece justo y sensato. Pero tampoco podemos dejar de reconocer que la imagen que la gran pantalla ha transmitido de su trabajo a aquellos que no lo conocen en su medio original no es precisamente alagüeña. Como a todos a los que nos gusta meternos en batallitas en pos de su defensa, en más de una ocasión nos ha tocado escuchar aquello de: "pues como los tebeos sean iguales que las películas apañados vamos..."

Si no me creeis, aquí tenemos al propio Moore dando rienda suelta a toda su furia británica en el breve reportaje que le dedicaron los chicos -y chicas- de Días de cine con motivo del estreno de Watchmen. No tiene desperdicio: