viernes, 24 de agosto de 2012

Música Clásica, 2ª Serie. (XX) Satie




Simple pregunta

¿Qué prefiere usted: la Música o la Charcutería?

Parece que es una pregunta que tendría que hacerse a la hora de los entremeses.

En muchos sitios se ha sustituido el excelente y suave silencio por música mala. Está bien visto, por lo general, oír cosas de mal gusto, escuchar tontas cantinelas, algo piadosas, tomando una cerveza o probándose un pantalón; dar la impresión de apreciar los obligados sonoros de los bajos, contrabajos y otros espantosos pitos, mientras no se piensa en nada.

¡Uf! Todo esto es muy duro para un hombre de mi edad y esta “dufayelización” musical me agobia.

¿El remedio? Unos formidables impuestos; terribles vejaciones, severas represiones. Suplicios, incluso.

¿Hay derecho a envilecer fríamente nuestra pobre vida?

Miren a esos editores sin respeto humano, sin pudor: vean los grotescos arreglos con que revisten las obras más puras a ellos entregadas, confiadas, y cómo las adornan con sus porquerías. Cojan algunos catálogos de obras modernas, y de las más delicadas y vean lo que hacen con ellas esos guarros.

¡Puaj! Vergüenza debería darles.

  • ¡El comercio!, me dirán ustedes.
  • ¡Los negocios!, me repetirán.

¡Uf! Todo eso es muy duro para un hombre de mi edad; y ese “dufayelismo” indecente, ese podrido mercantilismo, me agobian.

¿Qué prefiere usted: la Música o la Charcutería?


(En Erik Satie. Memorias de un amnésico y otros escritos. Traducción e introducción de Loreto Casado. Ediciones Ardora. Madrid, 1998.)

Sería ocioso pretender hacer mejor presentación que la que Erik Satie, aun sin quererlo, hace de sí mismo. Escucharemos esta noche, de la interesantísima obra de este amigo de Tristan Tzara, su drama sinfónico Socrate, basado en tres diálogos de Platón: El Banquete, Fedro y Fedón. Los tres movimientos en que está dividida la pieza se titulan Portrait de Socrate, Bords D'Ilyssus y Mort de Socrate. Algunos críticos llamaron la atención sobre el hecho de que Satie se basara en las traducciones del griego de Victor Cousins, demasiado literales y apartadas del espíritu de los textos; sin embargo, aun cuando este extremo pudiera ser probado, la excelente música compensa ampliamente estas reservas. 

La escuchamos ya en una versión de la Orquesta de París, dirigida por Pierre Dervaux.

Buenas noches, atenienses.



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3 comentarios:

  1. Pues Satie dirá lo que quiera, pero cuando se tiene hambre nadie come música. Y ahora vienen días de mucha hambre.

    Tenía en mi lista -y sigo teniendo- algo de Satie. Pero eso es secreto, que después se adivina sin esfuerzo y aquí no estamos para subvencionar a los vagos.

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  2. Charcutería, pues.

    Adolfo



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  3. Nunca he sabido resistirme a los encantos de la mortadela. Ni de ninguna otra mujer.

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Como no me copies te pego

Reservado todos los derechos a los lectores, que podrán copiar, manipular, alterar y hasta leer todos los textos de este blog. Eso sí, se agradecería que mencionaran de dónde diablos han sacado el juguetito.