La sonata nº 2 en La menor “Obsession” pertenece al grupo de seis sonatas para violín solo, agrupadas en el número de opus 27, con las que Eugène Ysaÿe obsequió a seis jóvenes amigos suyos, los violinistas más descollantes de su tiempo. Cada una de ellas está escrita en correspondencia con el estilo de cada uno de los violinistas. La que se cita aquí está dedicada a la figura del francés Jacques Thibaud, quien profesaba, lo mismo que nuestro compositor y violinista belga, nacido en 1858 y fallecido en 1931, una profunda obsesión por la música de Bach. De hecho, el detonante de esta serie de sonatas para violín solo tuvo lugar en el momento en que Ysaÿe escuchó en su retiro veraniego en Zoute la Partita nº 3 en Mi mayor, BWV 1006, de Juan Sebastian Bach, interpretada por Joseph Szigeti (he aquí el preludio: http://www.youtube.com/watch?v=RYa4nuBwmWo).
Inmediatamente se sumió en una especie de trance ininterrupido que le permitió en venticuatro horas escribir el esquema de cada sonata, así como profusión de detalles. Al poco tiempo, la obra estaba lista para su publicación. Hoy en día estas sonatas constituyen los monumentos más colosales al violín moderno, y su valor musical es incalculable. Si bien es cierto que Ysaÿe fue considerado por sus contemporáneos como el más grande violinista de todos los tiempos, al punto de hacer declarar a Kreisler que era Ysaÿe y no Joachim a quien consideraba su ídolo del violín, no menos cierto es que como compositor el músico belga es tenido como el sucesor de Paganini, rivalizando con el genovés en genio y brillantez.
Por lo demás, del resto de su producción hoy apenas se interpreta nada en las salas de concierto, y no abundan las grabaciones de las mismas.
Esta noche escucharemos la sonata nº 2 en una interpretación de Hilary Hahn, en dos partes: En el primer vídeo:
- Obsession: Preludio
- Malinconia
En el segundo:
- Danse des ombres: Sarabande
- Les Furies (Allegro furioso)
No sabía que Nicole Kidman tocaba el violín...
ResponderEliminarEn serio, o no, tampoco sé si te gustan más los conciertos o las concertistas, no te conozco tanto, aunque si fueses Jesusete, no tendría ninguna duda, pero como el maldito sádico no le pluge venir a Letrinas, no me queda mas remedio que mentarlo.
La música, y a quien le importa, dita sea.
Se ve que la influencia de jesusete es tan persistente como perniciosa, y más en su ausencia. Mira, Paco, sin concertistas no hay conciertos; es la manera en que tomo posición acerca del enigma insondable ése de qué es primero, si la gallina o el huevo. Por cierto, o por falso de toda falsedad, Hilary Hahn no se parece nada a Nicole Kidman, lo que pasa es que desde que la viste en Eyes Wide Shut sigues flipao.
ResponderEliminarAdolfo