viernes, 26 de agosto de 2011

Música Clásica (27): Chaikovsky y Gilels

"La máquina de hacer llorar", le llamaban. Chaikovsky estaba especialmente dotado para el pathos orquestal, y fue en ese terreno en el que ganó su fama. Algunos de los más pretigiosos críticos de su entonces afirmaron que su música era estridente, recargada y superficial, de una frivolidad difícilmente soportable. Su concierto para violín y orquesta fue rechazado por el violinista a quien se lo dedicó, su concierto nº 1 para piano y orquesta corrió la misma suerte. Poco después, famosos virtuosos de sendos instrumentos contribuyeron a divulgarlos y a frenar la hostilidad con que ambas obras habían sido en un principio acogidas. No obstante, Chaikovsky tuvo que lidiar toda su vida contra la acusación de efectista y vacuo.

Sorprendente fue su relación con la viuda de Meck, a la que no llegó a conocer personalmente y con quien mantuvo correspondencia durante más de trece años. De Meck financiaba las creaciones de Chaikovsky ejerciendo de mecenas, a instancias de un músico de su círculo que le aconsejó ayudase al joven Chaikovsky. Gracias a ello nuestro compositor pudo liberarse de sus obligaciones docentes en el conservatorio de Moscú y dedicarse a tiempo completo a la composición. Como resultado, y correspondiendo a los intereses de la señora de Meck, que profesaba ardiente gusto por la música de cámara, Chaikovsky compuso en su honor la mayoría de las piezas relevantes que nos ha dejado pertenecientes al género.

Podría decirse que Chaikovsky se reinventaba a sí mismo cuando escribía música para aquellos a quienes apreciaba. En este sentido, sus logros en la música de cámara, pensamos, no son menores que en el terreno orquestal, e, incluso, manifiestan una profundidad y capacidad de contención que, ciertamente, no se encuentra en aquél.

Empezaremos esta noche escuchando el Andante cantabile, 2º movimiento de su cuarteto de cuerdas nº 1 en Re mayor, Op. 11. En rigor, el primer gran cuarteto escrito por un ruso. Este movimiento en particular es muy conocido y en vida de Chaikovsky se hicieron diferentes adaptaciones para multitud de instrumentos. Está dedicado a su amigo, botánico y libretista Sergei Rachinski. La interpretación corre a cargo del magnífico Cuarteto Borodin, que ya tuvimos la ocasión de escuchar en la entrada dedicada a Shostakovich.

Para terminar, una pieza verdaderamente extraordinaria: El trío para piano y cuerdas, en la menor, Op. 50, dedicado A la memoria de un gran artista. El gran artista al que se hace mención es su mentor en el conservatorio de Moscú, Nikolai Rubinstein (el mismo que se negó en un principio a tocar su concierto para piano), a quien Chaikovsky rinde homenaje en estas páginas elegíacas en donde queda de manifiesto que la profundidad abisal en cuanto a la abstracción de la forma y el concepto no es refractaria a la emoción descarnada. Con esta obra maestra, dividida en dos grandes secciones, de las que nosotros escucharemos la primera Pezzo elegiaco -Moderato assai-Allegro giusto, fue enterrado el propio Chaikovsky. La interpretan en la excelencia Gilels al piano, Kogan al violín y Rostropovich al chelo.

Buenas noches, cascanueces.





3 comentarios:

  1. Sin relación (supongo) con la entrada.
    Creo que a unos pocos de por aquí os gusta el ajedrez, aquí tenéis uno moderno:
    http://www.cinismoilustrado.com/2011/08/ajedrez-moderno.html

    Loly

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  2. No conocía el blog. Tiene buena pinta aunque guardo respecto a estas cosas cierta cautela: Me gusta el pensamiento estructurado, desglosado en gruesas parrafadas sin recato para los matices. La expresión en imagen corre el peligro de fomentar la pereza mental; y, si es ingeniosa, el simulacro de que con tal expresión se hace innecesario el pensamiento articulado. Tú no, hija, que eres mú leía y mú redicha; pero hablo en general. Por ejemplo, Alan podría haber sido uno de los grandes escritores de la historia pero los comics, sobre todo los buenos, le han echado a perder. Ah, y te equivocas en tu suposición, el ajedrez moderno tiene estrecha relación con esta entrada; y con cualquier entrada en realidad. LA idea del dibujante de cinismo ilustrado, respecto del ajedrez, es trillada y muy superficial con infulas de ocurrente. Por citar algo, ya en la baja Edad Media se utilizaba el ajedrez para hacer crítica social: Jacobo de Cesolis. Pero, ya te digo, tiene buena pinta: Y eso es lo peor.

    Oye, ¿qué esperabas?: "Gracias por este hallazgo tan supermegahiperchulo"??? Pues no. Pero gracias, visitaré la página asiduamente; estimo que desde un punto de vista estrictamente sociológico tiene interés.

    Adolfo

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  3. Jolines, Adolfo, si ha merecido tal parrafada tendré que inspeccionar yo también ese blog. Sólo pretendía una sonrisita enlazándolo.

    Eso de que me acusas lo serás tú. ¿Tú te crees que esa es forma de tratar a las invitadas?

    De todas formas, no concuerdo contigo, el pensamiento linealmente expresado aburre. La imagen es comunicante y el lenguaje no es más que un complemento -en tu caso con muchas puntillas-.

    Idem, de nada.

    Loly

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Como no me copies te pego

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