Se ha dicho que Johann Sebastian Bach es el padre de la música. Pero si esto es así, y no seré yo quien diga otra cosa o lo contrario, no está de más recordar quien podría ostentar muy bien el título de abuelo: Antonio Lucio Vivaldi, alias il prete rosso. La influencia ejercida sobre Bach es considerable -al mismo nivel de la que podría concederse a la música de Buxtehude, Corelli o Handel-, si bien es cierto que Vivaldi también se vio beneficiado del estudio de la obra del Cantor, que mejoró en sus transcripciones y elevó a la perfección los hallazgos originales del músico italiano.
Vivaldi sentó las bases del concierto moderno, confiriendo a la orquesta un papel que iba mucho más allá que el de servir de acompañamiento al instrumento solista. Aunque su producción no se limitara a ese terreno, y sea obligado mencionar sus trabajos operísticos, ciertamente habría bastado lo mencionado en primer lugar para que Vivaldi hubiese ocupado un puesto de honor en la historia de la música, pues todos los músicos relevantes posteriores a él le deben por este hecho influencia y reconocimiento.
Esta noche disfrutaremos de un auténtico orgasmo musical. En primer lugar escucharemos el concierto para cuatro violines y orquesta en Si menor, RV. 580, en la insuperable interpretación de los hermanos Oistrach (David e Igor) y los hermanos Kogan (Leonid y Pavel), la crema de la escuela de violín soviética. A continuación escucharemos la transcripción de Bach de este concierto para cuatro claves, que figura en su catálogo como el BWV 1065, a cargo de la Leonhardt Consort, dirigida por el, tal vez, más eximio clavecinista que ha interpretado a Bach: Gustav Leonhardt. Finalmente, la transcripción de la transcripción para cuatro pianos, interpretada por Kissin, Argerich, Pletnev y Levine (por allí se ve también a Sarah Chang, Gidon Kremer, Mischa Maisky...); vamos, una pasada. Espero que os guste.
Buenas noches, ahí queda eso.
Vivaldi sentó las bases del concierto moderno, confiriendo a la orquesta un papel que iba mucho más allá que el de servir de acompañamiento al instrumento solista. Aunque su producción no se limitara a ese terreno, y sea obligado mencionar sus trabajos operísticos, ciertamente habría bastado lo mencionado en primer lugar para que Vivaldi hubiese ocupado un puesto de honor en la historia de la música, pues todos los músicos relevantes posteriores a él le deben por este hecho influencia y reconocimiento.
Esta noche disfrutaremos de un auténtico orgasmo musical. En primer lugar escucharemos el concierto para cuatro violines y orquesta en Si menor, RV. 580, en la insuperable interpretación de los hermanos Oistrach (David e Igor) y los hermanos Kogan (Leonid y Pavel), la crema de la escuela de violín soviética. A continuación escucharemos la transcripción de Bach de este concierto para cuatro claves, que figura en su catálogo como el BWV 1065, a cargo de la Leonhardt Consort, dirigida por el, tal vez, más eximio clavecinista que ha interpretado a Bach: Gustav Leonhardt. Finalmente, la transcripción de la transcripción para cuatro pianos, interpretada por Kissin, Argerich, Pletnev y Levine (por allí se ve también a Sarah Chang, Gidon Kremer, Mischa Maisky...); vamos, una pasada. Espero que os guste.
Buenas noches, ahí queda eso.
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Qué? Dónde tienes la máquina de los churros? Me pido una ración de Lazar Berman y Liszt bien calentitos,... te paje el tipejo!
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