Nadie ha cantado a Wagner como la soprano noruega Kirsten Flagstad. Cuando se producía la conjunción con Furtwängler la cosa adquiría trazas sobrenaturales. Os dejo con esta muerte de amor, Liebestod, de Tristán e Isolda, genuina expresión de la ópera wagneriana entendida como arte total.
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...pinta nibelunga tiene la tía... ah, que sí, que sobrecojedor. Aunque a estos pájaros los coge Nietzsche y los pone de vuelta y media. O tal vez no, qué sé yo. Nada, nada, a seguir, que es todo un lujo la sección.
ResponderEliminarEl jueves me pillo la correspondencia de N con W, ya te contaré. A la flagstad hasta la tenían pintada en los aviones de Noruega, era una celebridad mundial al margen de ser bastante nibelunga. Y gracias; la idea es combinar cosas conocidas con otras que no lo sean tanto. Me temo que cuando llegue la música más actual el tema empezará a rechinar.
ResponderEliminarBah, ya no puedes asustarnos; nos hemos tragado sin pestañear toda la discografía de Anthony Braxton, con perdón de Pachi.
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