Aficionado a la filosofía por su amigo Siegfried Lipiner, conocedor de la obra de Schopenhauer y Nietzsche, del que, según dicen, era su acendrado parecer que lo más relevante de su pensamiento estaba en los contenidos doctrinales y no en la forma o procedimientos de generación, expresión y exposición, pues de otro modo, alegaba, eso ya estaría en Platón y Nietzsche se nos quedaría en nada; aficionado también a la poesía, como el romántico tardío que nunca dejó de ser y que desde muy pronto fue; indagador de las posibilidades sinfónicas hasta extremos que sobrepasaban las coloraturas más audaces de las óperas wagnerianas; amante apasionado de Alma, que lo llevó por la calle de la amargura tras los consoladores consejos de Sigmund Freud -pero ella con el arquitecto aquél a escondidas, pero que a él no se lo ocultaba-, que apenas sirvieron, sin embargo, para que su pobre corazón terminara por dentro de estallar; Gustav Mahler, genio incomprendido en su tiempo, obseso reescritor de obras maestras consumadas -y la novena de Beethoven no fue una excepción-, director de orquesta intransigente y odiado por sus orquestas, por sus escenógrafos y tramoyistas; marrano de la razón y del sentimiento -se convirtió al catolicismo renegando de su condición de judío sólo para poder dirigir en Viena-; músico, al fin, músico entregado a su música. Y qué sé yo, hay tantas cosas...
La Quinta sinfonía es una de sus obras más conocidas, en concreto, el cuarto movimiento: Adagietto. Dos versiones, aunque no en este orden: La primera, con la Uri Caine Ensemble, excelente y fascinadora. La segunda, con el director de referencia cuando se habla de Mahler, Bruno Walter.
Buenas noches; pasadlo bien.
La Quinta sinfonía es una de sus obras más conocidas, en concreto, el cuarto movimiento: Adagietto. Dos versiones, aunque no en este orden: La primera, con la Uri Caine Ensemble, excelente y fascinadora. La segunda, con el director de referencia cuando se habla de Mahler, Bruno Walter.
Buenas noches; pasadlo bien.
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"Bruno Walter, 1938 - Mahl..."
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Es un tipo majo este Mahler, aunque lo de Nietzsche y Platón suena un poco a burla y escarnio. Al final va a tener razón el JL y lo mejor es guardar silencio siempre, en todos los asuntos, en todos los contextos, en todas las situaciones y con todas la personas, amigos o enemigos. En fin, paciencia con Alma.
ResponderEliminarLo de Nietzsche y Platón lo pensaba muy de veras. Ya decíamos que tus planteamientos nos parecían demasiado originales para ser tuyos. Te hemos pillado mahlerista.
ResponderEliminarEdmundo Dantés