sábado, 14 de abril de 2012

El cine de Lars Von Trier

El joven Lars en su paso por el Milán

 Creo que no hay mejor referente para tratar de explicar lo que es el cine de Lars Von Trier que aquellos diez mandamientos que en 1995 dieron forma a lo que se suele denominar como el  "Voto de castidad", a saber:

  1.  Los rodajes tienen que llevarse a cabo en lugares naturales. No se puede decorar ni crear un "set". Si un artículo u objeto es necesario para el desarrollo de la historia, se debe buscar una localizacion donde estén los objetos necesarios.
  2. El sonido no puede ser mezclado separadamente de las imágenes o viceversa (la música no debe ser usada, a menos que esta sea grabada en el mismo lugar donde la escena está siendo rodada).
  3. Se rodará cámara en mano. Cualquier movimiento o inmovilidad debido a la mano está permitido. (La película no debe tener lugar donde esté la cámara, el rodaje debe tener lugar donde la película tiene lugar).
  4.  La película tiene que ser en colores. Luz especial o artificial no está permitida (si la luz no alcanza para rodar una determinada escena, ésta debe ser eliminada o, en rigor, se le puede enchufar un foco simple a la cámara).
  5.  Se prohíben los efectos ópticos y los filtros.
  6. La película no puede tener una acción o desarrollo superficial (no pueden haber armas ni pueden ocurrir crímenes en la historia).
  7. Se prohíbe la alineación temporal o espacial. (Esto es para corroborar que la película tiene lugar aquí y ahora).
  8. No se aceptan películas de género.
  9. El formato de la película debe ser de 35 mm.
  10. El director no debe aparecer en los títulos de crédito.

Para que nos entendamos, el cine de Von Trier viene a ser justamente todo aquello que queda fuera del espacio cinematográfico definido por las reglas del decálogo. Acabo de ver Europa y Melancholia, y sinceramente ahora mismo se me hace difícil imaginar un autor más artificioso y afectado, más ajeno y más lejano a las pretensiones del movimiento Dogma que el propio Trier. Y no digo que eso sea necesariamente malo, sólo afirmo que no se me ocurre una forma mejor de definir su cine. 

No me duelen prendas reconocer que de Europa me gusta especialmente la contundencia del blanco y negro y los constantes juegos con el color, esa forma de irrumpir por sorpresa que anticipa, o al menos a mí me lo parece, algunos de los efectos que Frank Miller ensayaría mucho más tarde en el Sin City. Me fascina además la narración en off de Max Von Sydow,  la de una voz capaz de transmitir todo el desgarro de quien ha conocido la tortura de perder al ajedrez con la muerte y, lo que es aún más conmovedor, a Barbara Hershey a manos de los atolodrados encantos de  Michael Caine

Tampoco me desagrada la cadencia que le imprime Trier a Melancholia,  sobre todo en la segunda parte del film, dónde el ritmo de la película parece sincronizarse con la seductora danza de los planetas. Y además siempre es agradable reencontrarse con John -alias Calígula, alias el padre de Alien, alias El hombre elefante, alias El Cuentacuentos, alias  Winston Smith- Hurt. Pero en ambos casos, y no es la primera vez que me sucede con Von Trier, me queda un cierto regusto a vacio que no termina de convencerme. No diré que me falte la pared, pero sospecho que el tabique detrás de la pintura es infinitamente más delgado que aquel que levantara Nietzsche entre su Ontología y la Epistemología o la Ética. 

Lo que no quita que comprenda perfectamente la fascinación que ejercen ambas películas, en especial Melancholia, sobre algunos letrinero. Cierto es que durante gran parte de su metraje albergaba serias dudas sobre la misma, pero todas se diluyeron de inmediato en cuanto llegué a esta escena:


¡Si señor, la Kirsten Dunst enseñando las tetas!... Anda que no saben de cine ni na el Von Trier y el otro. Menudos pájaros están hechos los dos.

6 comentarios:

  1. No he sido capaz de verle la cara. Mis ojos miraban hacia oto sitio: ¿seguro que era Kirsten Dunst? Qué suerte pa Peter Parker! Krugius.

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  2. La película dura aproximadamente dos horas; yo estuve dos horas viendo la película, pero en las dos horas no me moví ni un milímetro de esta escena. Sublime. Lo mejor que he visto por lo menos desde María Teresa Fernández de la Vega en bikini:

    http://4.bp.blogspot.com/_1kYopFLgoi4/TCKHeaXau5I/AAAAAAAABW8/w7og95L8V6k/s1600/maria-teresa-fernandez-de-la-vega-vogue-vicepresidenta-bikini-playa-terror.jpg

    ¡Espectacular!

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  3. amigo, si ya ves anti crist, es que lo flipas, con la dureza de las imagenes.

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  4. Sí, sí, la vi, y la flipé. Sobre todo con el inicio. Esas ventanas, siempre cerradas, por dios.

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  5. buendía en el espejo16 de abril de 2012, 20:04

    Todavia estoy vomitando de dolor, por Dios, o mejor por Anticristo, o mejor por Dios

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  6. Buendy, a ver si va a ser un virus. El cine de Von Trier es un poco dudoso, pero creo que no dá para tanto tiempo vomitando. Cuídate hombre, ve al médico.

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Como no me copies te pego

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