viernes, 27 de marzo de 2015

Bidinte (Homenaje a un amigo)

Ayer al mediodía nos llegó la horrible noticia de que nuestro amigo Fernando Jorge Da Silva, con el nombre artístico de Bidinte, falleció  en su país, como viene en la noticia de este portal de internet.

Como suele pasar en estos casos, es tan inesperado, que uno no sabe muy bien como asimilar la noticia. No sé si fue algo premonitorio, pero en octubre al coincidir en un bar de Almendralejo y desayunar juntos (como hacía años que no ocurría) se me pasó por la mente proponerle una entrevista para nuestro programa de radio La Casa del Mundo y que rescato para todos los lectores de Letrinas.
 

Al principio no me dijo que sí, pero después de terminar el desayuno ya estaba convencido de que debía de hablar con nosotros, ya que entre otras cosas la entrevista la hacía Joaquín, que fue quien en 1992 lo trajo para Almendralejo, directamente desde el barrio de Lavapiés, por que entre otras cosas él no tenía mucho dinero para vivir allí y papeles mucho menos, así que por lo menos en nuestra compañía tenia un trabajo y podía ahorrar dinero. 


Al pasar el verano volvió a Madrid, donde poco a poco se hizo un nombre con la música y a los 4 ó 5 años consiguió grabar un disco con nubenegra. Eso le permitió moverse por festivales, de prácticamente todo el mundo, yo alucinaba con él, ya que cuando aparecía lo hacía de forma fantasmagórica, un viernes a las tantas de la madrugada llamaba a la puerta de casa y nos contaba a dónde había ido, qué había hecho, a qué músicos había conocido y en 24 horas había desaparecido de nuevo. Seguramente sea el claro ejemplo de alguien que vive al día.

Hará unos 10 años que tomó la decisión de asentarse en Almendralejo, tener una vivienda en propiedad y un lugar de retiro para componer y tocar la guitarra sin tener que dar cuentas a nadie. A veces bajaba desde su piso y comía con nosotros o simplemente charlaba, otras veces lo veía en su balcón tocando y cantando, yo desde el parque que está enfrente de su piso le veía y le animaba a que siguiese tocando, ya que le daba un encanto a ese lugar, que parecía irreal. Ahora, ya no tenemos la compañía de Fernando, pero los recuerdos, las anécdotas (centenares) que vivimos, la música que escuchábamos con reverencia, (yo le animaba a que tocase algo de Jazz, pero él que se conocía bien siempre lo rechazó) y su alegría, siempre sonriendo.

Te echaremos tanto de menos, Fernando...


2 comentarios:

  1. Ya lo siento. Era buena gente,ánimo Paco.

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  2. Una noticia tan inesperada como triste. Mi más sentido pesar.

    Un abrazo,
    Adolfo

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Como no me copies te pego

Reservado todos los derechos a los lectores, que podrán copiar, manipular, alterar y hasta leer todos los textos de este blog. Eso sí, se agradecería que mencionaran de dónde diablos han sacado el juguetito.