domingo, 3 de julio de 2011

Logicomix, introducción de Fernando Savater

Por supuesto no es un manual de matemáticas, ni un tratado de lógica, y menos aún de filosofía; en verdad poco se puede aprender en sus páginas sobre estas disciplinas. Y ni falta que hace. Logicomix es ante todo una novela, un relato épico que glosa la lucha sobrehumana emprendida por un puñado de mentes excepcionales en pos del santo grial del conocimiento: la fundamentación última de la verdad. Claro que al final, como si de héroes hustonianos se trataran, todo se desvanecerá frente a sus propias narices, justamente cuando parecían rozarlo con la yema de los dedos -maldito Gödel-, pero en fin, ahí queda ese camino apasionante lleno de logros fundamentales, de retrocesos y frustraciones, pero sobre todo, en especial para quien lee, de la gozosa alegría del encuentro con lo maravilloso; el privilegio de haber acompañado durante un puñado de páginas a esta liga de hombres extraordinarios en una aventura irrepetible. Pero oye, mejor que nos lo cuente Fernando Savater, que aunque no sepa demasiado de filosofía más gracias y más estilo sí que tiene:

Logicomix, introducción de Fernando Savater
El cómic se ha revelado como un medio de expresión extraordinariamente dúctil: el humor, la acción violenta, el terror, el costumbrismo, la denuncia política, el deporte, la crónica histórica, la intriga, la fábula, la más desbordante fantasía y el más minucioso realismo, todo encuentra acomodo en sus viñetas. A veces, esta flexibilidad asombrosa le juega malas pasadas y lo tenemos que padecer sobrecargado de impostadas trascendecias (muy de gusto de los pedantes, o sea de los expertos) que lo agobian mostrando mejor sus limitaciones que sus posibilidades. En los dramones campanudos y en las demasías pedagógicas apenas logramos disfrutarlo.
Un género intelectual que estuvo casi siempre ausente del cómic, al menos en su forma más directa: la filosofía. Los que tememos más lo plúmbeo que lo frívolo nunca la habíamos echado aquí de menos. ¿Qué no hay tebeos filosóficos? Pues mejor así. Y sin embargo, nos esperaba una sorpresa: Logicómix: Gracias a esta larga historieta genial hemos aprendido que también la filosofía cabe en el cómic y que puede ser tratada con perfecto rigor sin dejar de ser a la vez sumamente intrigante y divertida. Un acierto de pleno en el centro del blanco, aunque aquí el blanco tenga -gracias a Annie Di Donna- todos los colores adecuados.


Logicómix es el relato gráfico de una gran aventura, quizá la más emocionante y decisivamente humana de todas: la búsqueda de la verdad. Se centra en una etapa de esa persecución tan larga en el tiempo como la existencia del hombre sobre la tierra, el siglo XX. A lo largo de poco más de cincuenta años, un equipo de personas excepcionales que en ocasiones apenas llegaron a conocerse entre sí, intentaron averiguar qué es la certidumbre y de qué podemos estar seguros sin lugar a dudas y temores. A pesar de que su objetivo era el más abstracto que pueda imaginarse, esas personas fueron fieramente humanas, con todos los defectos, las vacilaciones, las arrogancias y los rasgos de valor propios de nuestra carne mortal. Esos héroes, podemos llamarlos así, de una nueva Iliada que se jugaron literalmente la vida en su empeño se llamaron Bertrand Russell, Ludwig Wittgenstein, David Hilbert, Georg Cantor, G.E. Moore, Whitehead, Frege, Poincaré, etc... Padecieron todas las debilidades de sus semejantes y el acoso de la historia, pero nunca renunciaron a la fuerza de su búsqueda. Ellos son los protagonistas nada habituales de este cómic único.
Pocas veces como aquí se ha dado una adecuación tan lograda entre el rigor del argumento y la alegría del dibujo. A muchos la expresión consagrad
a de "instruir deleitando" nos produce un cierto sobresalto preventivo pero Logícomix nos demuestra que, a veces, esa ambiciosa promesa sabe cumplirse de forma cabal.


6 comentarios:

  1. De verdad que no me pagan por decirlo: está disponible en la biblioteca de Mendralejo, aunque, eso sí, tomaroslo con calma, porque voy a tarder en devolverlo. El tebeo se merece una relectura atenta.

    Otra posibilidad, para quien se entienda bien con el inglés y no le moleste leer tebeos en pantalla:

    http://www.megaupload.com/?d=X9A1JS4E

    De nada.

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  2. Aquí no llega, ni el inglés ni esa biblioteca. Jo.

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  3. Me lo apunto, mil gracias por la recomendación mister Moore. Un abrazo.
    Pachi

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  4. Jo, así nunca podrás llegar a conocer el fundamento último de la verdad, mariajesusparadela. Y sé que es terriblemente frustrante, pero en fin, supongo que también se puede ser feliz sin conocerlo. O por lo menos fingir una sonrisa de cuando en cuando...

    De nada Pachi. En tu caso, supongo que ya conoces sobradamente la historia de esta peña, pero oye, es una historia tan apasionante que merece la pena revivirla.

    Un bote de tres en uno para todos.

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  5. buendía en el espejo3 de julio de 2011, 22:36

    Alan, ya sabes que el cómic no es lo mío, bueno creo que no hay nada que sea lo mío; bueno dejo de divagar. No sé cómo lo haces pero tus post alrededor del cómic son superintersantes.

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  6. Yo aún diría más, Buendía: son chachismegaguaysdelamuerte.

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Como no me copies te pego

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