miércoles, 13 de julio de 2011

Caray, ya todo un año...




Cambio de cabecera, cambio de imagen, cambio de línea editorial y cambio de editores, espero. Finalizado el Mundial, Sin apuesta apuesta por la renovación y se transforma en Letrinas, un espacio cultural dedicado a todo aquello que hace que la vida tenga sentido y merezca ser vivida -y la muerte murida, que decía Les Luthiers-. Música, cine, literatura, zombies, Gustavo Bueno, vómitos transcendentales, deportes y todo lo que pueda ser imaginado, soñado, sufrido o disfrutado encuentran cabida y se hacen grandes entre nuestras letrinas. Un sentido, sencillo y sincero homenaje a la letra pequeña del imaginario colectivo de sus miembros, aquella que apenas se ve, que todo el mundo pasa por alto, pero que sin embargo constituye la esencia y la parte fundamental de cualquier contrato. O si no haced la prueba de ignorarla en vuestras hipotecas. Váis a acabar bien...

4 comentarios:

  1. Sentido homenaje sin duda, valga por esas letras pequeña que ignoramos y que deberíamos leer no sólo en caso de hipotecas.

    Un abrazo querido Allan.

    Tengo un sueño que me caigo.

    Besos.

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  2. Me gusta esta nueva plantilla, y enhorabuena por este año ya. Y a seguir peleando...
    Besos.

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  3. A mi la plantilla no me gusta nada, es más, me repugna un pelín. Tengo la postal ésta y otra del Arco de Triunfo en mi casa y estoy jarto de verlas. Sin acritud y sin ánimo de polemizar, pero la ocasión es muy propicia para decirte, Alan, que la quites, padre.

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  4. No sé Andri, antes pensaba igual que tú, pero desde que me compré el libro electrónico lo leo todo en letra grande y ya no siento especial aprecio por la letrina menuína y enclenque que me ha dejado medio miope perdido. Pero bueno, es una apreciación muy particular.

    Gracia La Zarzamora, esperemos aguantar otro año más. Bueno, vale, un semestre... un trimestre... ¿un mes? Pues de la semana no bajo, so vagos.

    Pues no me importaría cambiarla Adolfo, hijo mío, pero es que además del rollo de elegir plantilla nueva, hacerle los ajustes pertientes, recuperar las secciones que se pierdan, que siempre se pierden algunas, cuando no son los propios comentarios los que se volatizan, además de todo eso, después habría que contentar a todos los letrinos, y vaya, por ahí no paso. Sería más fácil si quemaras las postales. O si las guardas a buen recaudo, donde nunca les dé el sol.

    Un mantón de manila para los tres, pero sólo uno.

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Como no me copies te pego

Reservado todos los derechos a los lectores, que podrán copiar, manipular, alterar y hasta leer todos los textos de este blog. Eso sí, se agradecería que mencionaran de dónde diablos han sacado el juguetito.