domingo, 13 de marzo de 2011

Sinfonía gráfica, de Sergio García

Es una lástima que resulte tan difícil encontrar libros y publicaciones centrados en el estudio y el desmenuzamiento de las diversas cuestiones técnicas que el cómic suscita. Con la honrosa excepción de Entender el cómic -o Como se hace un cómic, según la edición que manejemos- de Scott McCloud, o los ensayos del maestro Eisner, El cómic y el arte secuencial y La narrativa gráfica, la atención que el mundo editorial ha prestado a este tipo de literatura, máxime en nuestro ámbito lingüístico, ha sido, y por desgracia sigue siendo, verdaderamente escasa e insuficiente. Por ello no es de extrañar que propuestas como la de Sinfonía gráfica se hagan especialmente placenteras para quienes, como el que suscribe, sentimos cierta curiosidad por la cuestión.

En ella, a través de sus reflexiones, antecedentes, intenciones, intuiciones y posibles vías de ensayo, siempre acompañadas del ejercicio práctico de cada propuesta, Sergio García nos brinda la oportunidad de seguir paso a paso, casi como si nos hubiéramos colado en su propio taller, la evolución de sus investigaciones en pos de abrirle nuevos caminos a la narración gráfica. Unas propuestas que el mismo se encarga de matizar y corregir paulatinamente ante la mirada curiosa del lector en un más que atractivo proceso de tanteo que alcanzará al final de la obra resultados interesantes. En sus investigaciones Sergio aspira a conseguir una mayor implicación del lector con lo que lee, a desacomodarlo de la pasividad que tradicionalmente se le ha adjudicado, buscando alternativas que le permitan multiplicar el número de líneas narrativas que se entrelazan simultáneamente en la narración. Para ello prueba a romper con las clásicas retículas de viñetas, excesivamente estáticas a su parecer, sustituyéndolas por fondos fijos o supraviñetas en las que inserta bandas o tiras de viñetas que le permiten dotar de mayor complejidad a la historia. Bandas que se superponen verticalmente y recrean diferentes aspectos o escenas de la narración que corren paralelas en la página para entrecruzarse sólo cuando los designios de la historia lo exijan, admitiendo tanto una lectura horizontal como vertical del cómic. Una propuesta interesante cuyos resultados se atisban muy similares a los que ya consiguiera Eisner en sus novelas gráficas y que Sergio García cree –aunque no deja de reconocerle ciertas limitaciones que habrá de ir superando- lo suficientemente compleja como para transcender la categoría de simple anécdota.



Algo con lo que yo no puedo estar demasiado conforme. Aunque admito que la investigación es apasionante, creo que supone un considerable error pretender cargar las tintas contra la viñeta en tanto que herramienta lo suficientemente precisa y bien afinada como para justificar semejante urgencia por superarla. A mí entender las investigaciones en el cómic deberían encauzarse más por las sendas de cómo han de rellenarse las viñetas, de cómo interrelacionarlas y crear nuevos significados con ellas que en las de encontrar formas de suprimirlas. Si de verdad buscamos aumentar la interacción con el lector creo que ésta debería surgir principalmente de las posibilidades de interpretación se le abran a aquel; porque es precisamente ahí donde reside la riqueza de una obra: no en un mayor número de opciones de lectura, sino en un mayor número de significados. Ya lo dijo Eisner en el prólogo a La narración gráfica; más importante que el cómo sigue siendo el qué.

Con todo, un libro jugosísimo que viene a llenar parte de las lagunas que aun padece el mundo del noveno arte.

4 comentarios:

  1. Sigo pensando que tardaría horas en leer un comic. Y sigo pensando que quiero leer alguno. Tendrás que empezar a hacerme la lista de sugerencias.

    Un sol de Domingo.

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  2. Serán horas bien aprovechadas, An-illo, y seguro que cuando leas alguno queras más aun, y después más y más... dios, hemos creado un monstruo comiquero.

    Tres puntos más para la salvación.

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  3. Jajajajja me vas a llamar Anillo siempre?

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  4. Más o menos opino lo mismo, cuando leo un comic con demasiadas viñetas suprimidas me encuentro un poco perdido, como opción está bien, pero sigo prefiriendo el formato clásico. Un saludo y perdón por no aparecer por aquí durante demasiado tiempo, que es lo que me viene haciendo falta, en fin.

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Como no me copies te pego

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