lunes, 7 de marzo de 2011

Ellos





Llevan más de 58 años juntos. Creo que no se han separado ni un solo día. Ella es cabezota, testaruda, y un poco arisca, pero le ama.
Él es cariñoso, atento, callado, y por encima de todo está enamorado de ella.

Hace muchos años que los conozco y si intento recordar algo de ellos recuerdo situaciones, ella enfadada, diciéndole lo mal que hace algo, y él observándola embobado diciéndole “Chatilla, qué guapa eres” frase a la que ella siempre contesta “Ay, Pedro”.
Esa situación se ha repetido muchísimas veces a lo largo de sus vidas.

Él está muriéndose, su cerebro falla, su corazón también, el cuerpo entero, apenas se tiene en pie y no es capaz de articular más que unas pocas palabras.
La memoria le falla, tanto que cuando ve a sus familiares a veces tarda unos minutos en reconocerlos. Pero a ella la reconoce sin problemas.

Ella se siente como él se aleja de su lado, y la impotencia le hace ser más brusca, quizás con la intención de que reaccione de alguna forma ante esta brusquedad.

Hoy ella salió a comprar. Volvió algo sofocada por no haber estado a su lado durante media hora. Entró algo apagada en el cuarto, él, al verla entrar iluminó su cara y articuló esa frase tan repetida, “Juli, chatilla, ¡Qué guapa eres!” por un momento Pedro volvía a estar bien, volvía a ser él, y una sonrisa de ella, algo tímida volvió a iluminarle la cara.

A la hora de la comida, Pedro, remolón evitaba comer. Juli, cabezota se planta frente a él con los brazos en jarras y tras regañarle como a un niño pequeño, pincha un par de trozos y se los mete en la boca, con un “Come”, Pedro enfurruñado se hace el duro para no comer y le dice que no, a pesar de saber que ese “No” no durará mucho, su chatilla siempre gana y a él siempre le gustó dejarle ganar.

Cansada, pues por ella también han pasado los años, se sienta frente a Pedro, mirándole con ternura mientras le acerca cada pinchada de comida con decisión. Él intenta mantener la mirada.

- Pedro no me mires así, alegra los ojos que no soy capaz de verte con los ojos tristes.

- Lo intento.

- Inténtalo con más ganas.

Sus miradas se cruzan y sus manos se rozan. Ambos saben que no les queda mucho tiempo juntos, pero disfrutan juntos cada día.

Me encanta ver como no han cambiado ni cambiarán. De alguna forma creo que es mejor que él se marche antes, ella es más dura a pesar de que no sabrá vivir sin él, pero él moriría porque tan solo vive por ella.

5 comentarios:

  1. Una historia de amor preciosa.
    Un besito

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  2. 58 años juntos me parece un eón de tiempo. Bonita historia.

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  3. nadie en el espejo (el letrina anteriormente conocido como buendía en el espejo)7 de marzo de 2011, 16:06

    Ana veo que sigues con tu vena de sensibles y de posibles, de realidades y sueños, el tiempo es tan efímero como eterno, tan tenso como intenso, vamos digo yo, ciao.

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  4. Muchos, Jesús, pero aún siguen juntos y espero que por muchisísimos años.

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Como no me copies te pego

Reservado todos los derechos a los lectores, que podrán copiar, manipular, alterar y hasta leer todos los textos de este blog. Eso sí, se agradecería que mencionaran de dónde diablos han sacado el juguetito.