sábado, 24 de mayo de 2014

Un 1 de mayo en La Serena

Águila Imperial
Pues sí, en esta ocasión decidimos que el día del trabajador íbamos a ser unos esquiroles, que mi amigo el Melli, y Marc Gálvez (nuestro guía de Onaga Ambiental) nos desplazaríamos a la enorme comarca pacense de La Serena. Porqué allí, bueno, pues a pesar de que no destaca por sus dehesas, ni por sus sierras, ni por sus lagunas, sin embargo, allí hay una buena cantidad de aves que solo se ven en esa zona.

Antes de meternos en faena, nos fuímos a desayunar al Bar el Norte de Alange, coincidimos los tres en pedirnos una Parisina, sin embargo el pimentón que aliñaba a la tostada no le sentó nada bien al Melli, que a la hora terminó en una cuneta vomitando... Tras ese traspiés, fuímos directamente a la zona del castillo del Amorchón, que está incrustada en la Sierra de Tiros, allí, nada más parar con el coche, Marc nos enseñó a un Búho real en una pequeña rendija del roquedo. También nos sobrevoló un águila calzada de morfo oscuro, y un bonito alimoche. También enfocamos a un pajarillo bastante humilde, pero muy inquieto, la curruca mirlona, que finalmente se dejó ver bien. Otro que nos dio la bienvenida fuel el Cuco, que es fácil de detectar por su sonido, pero no tan fácil de ver, a pesar de que no es pequeño...


Alcaraván
Desde allí, ya nos dirigimos a la zona de Cabeza del Buey para mirar a través de sus Cañadas reales, y desde el primer momento, esas inmensas pseudo- estepas nos depararon
grandes sorpresas, como fue ver al Esmerejón, pequeña halconífera que suele pasar el invierno en Extremadura, pero que estuviese todavía a primeros de mayo en nuestra tierra es una sorpresa para los ornitólogos.

Como también ver un Aguilucho cenizo melánico, (habitualmente esta rapaz es gris ceniza, pero en esta ocasión era marrón oscuro tanto en la parte ventral como en la dorsal),llevábamos dos rarezas en poco tiempo. La emoción era grande, seguimos hurgando por allí y de repente nos salió un Alcaraván, un ave limícola y esteparia, con patas largas y unos ojos vistosísimos, yo la tenía atravesada, pero después de esto me resarcí bien a gusto.

Aguilucho cenizo melánico
Siguiendo con las aves esteparias, vimos también al sisón, la terrera, cogujadas montesinas y comunes, trigueros, calandrias, gangas y ortegas, cernícalos primillas y vulgares, todo eso nos hizo la mañana muy entretenida, así que decidimos cambiar de Cañada y ya de paso (donde vimos una cigüeña negra) fuímos a la zona de la mina de cobre y hierro abandonada donde había un poco de sombra, para allí comer y descansar. 


Curruca mirlona
Pero ese lugar también era especial, por que al haber retamas e higueras, las aves descansan bien y se alimentan de los insecto de esos árboles. Allí nos "acosaban" las chovas piquirrojas, los abejarucos, mochuelos, papamoscas gris, curruca mosquitera y más aves comunes como buitres que pasaban por encima nuestra en dirección a algún muladar donde alimentarse. El calor empezaba a hacerse insoportable, así que nos pusimos en movimiento, y decidimos acercarnos a la zona de Campanario, en donde vimos la carraca, otra ave con plumaje llamativo.

Otra de las sorpresas fue el ver a un águila imperial joven, y es que yo al menos (al no ver dehesa por ninguna parte) no me la esperaba por aquí, pero como explicaba Marc, estas aves antes estaban en todos los biotopos, el problema es
que el humano las fue acosando hasta dejarla solo en sitios donde al hombre le costaba llegar, ahora las imperiales son mas comunes, por lo tanto es menos complicado verlas, al menos en Extremadura.

Carraca
Al cruzar por el puente del río Guadalefra, Marc escuchó al carricero tordal, y como yo no lo había visto nunca, paramos  un momento y sacamos el telescopio, apuntó y me puso a esa ave en el visor, allí también nos encontramos otra sorpresa, un mamífero como es la rata de agua, y bastante bonita, no tiene nada que ver con las ratas de la ciudad... Y en lo alto de una peña, estaba un águila real oteando el horizonte.


Paramos también en la localidad de Campanario para refrescarnos un poco, ya que el día era medio estival y estirar las piernas después de tanto vehículo no nos venía nada mal. Ahora ya de vuelta nos dirigimos hacia Don Benito y tras pasar la ciudad, vimos otra rapaz más, el Elanio Azul, una especie relativamente común, pero que no es tan sencilla de ver. Seguimos hacia Valverde de Mérida, para acercarnos al río Guadiana y sumar unas pocas de especies más de aves, allí estaban las Garzas reales, imperiales, la grande, la garceta común, la garcilla bueyera; el martín pescador, los aviones zapadores, los fumareles cariblancos, y el curioso pico de coral, un ave esta que es originaria del centro de África, por lo tanto es un ave exótica que no debería de estar en nuestros ecosistemas. 

Al regresar a Alange, vimos al águila perdicera, y con esto batimos nuestro récord de rapaces en un día, 17, lo que nos llevó a considerar como un éxito tremendo este viaje pajareril. Las fotografías que decoran esta entrada son cortesía de Marc Gálvez.

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