martes, 13 de diciembre de 2011

Tebeos en La Casa del Mundo (VIII): Buñuel en el laberinto de las tortugas, de Fermín Solís

Como supongo que buena parte de nuestra audiencia volverá cansada después del macropuente y sus inevitables desplazamientos, esta semana voy a procurar no moverme mucho de casa para mí sección comiquera. O sea, que toca tebeo de la región y sobre la región. O dicho de otra forma, que me voy a quedar con Fermín Solís y su Buñuel en el laberinto de las tortugas.

Fermín Solís, natural de Madroñera aunque residente en Cáceres, es, por si alguien no lo conoce, uno de nuestros historietistas más reconocidos dentro el panorama nacional e internacional, autor de obras tan interesantes como
El año que vimos nevar, El hombre del perrito o, como curiosidad, el tebeo homenaje a la figura de José de Espronceda que, en 2008 y con motivo del segundo centenario del nacimiento del poeta, le encargo el ayuntamiento de Almendralejo. Son las suyas, por lo general, historias costumbristas muy apegadas a la realidad de su mundo y de su tiempo. En ese sentido podría afirmarse que Buñuel en el laberinto de las tortugas supone toda una excepción en el conjunto de su obra. Con ella Fermín nos traslada hasta 1933 para colarnos de matute en el rodaje de la célebre, no sé si para bien o para mal, Las Hurdes, tierra sin pan. Al igual que sucede con el propio mediometraje de Buñuel, estamos ante una recreación más imaginaria que real de los hechos y las circunstancias que debieron rodear a la filmación. Solís especula acerca de la improbable relación que pudieron entablar el excéntrico grupo de cineastas y los habitantes de Las Hurdes, no menos extraños a los ojos de aquellos. Pero sobre todo indaga y pone de manifiesto, aunque sea desde la ficción, en las tremendas contradicciones personales, ideológicas y artísticas del propio Buñuel. Unas contradicciones en las que quizá sea necesario ahondar si se quiere entender cómo un hombre que decía guiarse por el deseo de denunciar la miseria que asolaba a Las Hurdes, miseria que por otra parte nadie niega, pudo después asestar semejante puñalada trapera a sus habitantes, retratándolos con tanto desprecio y con tan poco respeto.


Esa es la gran virtud, y a mi entender también el mayor defecto de este Buñuel en el laberinto de las tortugas, presentarnos una semblanza mesurada y creíble del director que penetra en la ambigüedad y en las complejidades de ese Buñuel rudo, surrealista más que documentalista y siempre provocador que durante mes y medio se paseo, pistola en mano, o si no que se lo pregunten a la cabra y al burro, por Extremadura. Y digo que es también su mayor defecto porque a quienes pensamos que ese presunto documental no es más que basura sensacionalista nos hubiera gustado ver a Solís atizando a Buñuel con un poco de más saña y menos comprensión. Vamos, como hizo él con los hurdanos. Pero en fin, eso ya entra dentro de las preferencias personales de cada uno y no resta ni un ápice a los muy sólidos méritos del cacereño.


En definitiva, una obra que, alejada de los tremendismos del calandino, resulta tremendamente recomendable y que el lector interesado podrá encontrar disponible algún día, si es que algún día vuelve a abrir sus puertas, en nuestra biblioteca municipal.


Buñuel

8 comentarios:

  1. Alan, excelente reseña para un excelente tebeo, aunque tengo que puntualizar que no estoy de acuardo con la valoración que haces del documental de Buñuel. A mí me parece un trabajo conmovedor y necesario que puso el dedo sobre la llaga de la miseria que soportaba la España rural. De todas formas, enhorabuena por la magnífica labor de divulgación comiquera que estás llevando a cabo.

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  2. Muchas gracias Cuquificha, aunque no es para tanto la cosa; en verdad no he leído ni uno sólo de los tebeos que he recomendado en la radio. Simplemente sé que tienen cierto prestigio y que luce mucho decir que los he leído. Ahora que lo que sí he visto de verdad es Las Hurdes, tierra sin pan, y en serio que me parece un horror de documental. Sí, está bien rodado y sus imágenes son hermosas, lo cual sería estupendo si Buñuel la presentara como una obra de ficción, pero como no es así, y se empeña en hacernos creer que es realidad, pues insisto, basura sensacionalista. De hecho se sabe a ciencia cierta que no hay una escena que no fuera manipulada por Buñuel: la niña no murio, el bebé estaba dormido, a la cabra la mata de un tiro Buñuel, y al burro le ponen miel, le atan las patas y le echan las abejas...

    Un desastre.

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  3. Sí, es cierto, Buñuel más que rodar lo que encuentra allí, recrea las escenas, algo que por otro parte es habitual en cualquier tipo de documental, pero eso no significa que se esté falseando la verdad. En su caso, Tierra sin pan sigue lo recogido por el libro Las Jurdes : étude de géographie humaine, de Maurice Legendre, estudioso que conoció a fondo la realidad social de Las Hurdes. Se podría afirmar que Buñuel recompone las estampas más significativas del libro, pero jamás inventa nada.

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  4. Ya, ya, Cuqificha, si ya sabemos todos dónde se apoya Buñuel para buscarse una cohartada intelectual para su puñalada trapera. Lo que no quita que use el libro de Legendre para crear un pastiche más sensacionalista y surrealista que documentada. Ahí queda la imagen del burro muerto, tan querida para él como traída por los pelos en un supuesto documental sobre la vida en Las Hurdes. Además el Legendre este tenía ideas muy particulares sobre la vida rural que no sé hasta que punto pueden resultar un aval para Buñuel. Aquí te dejo un artículo de Felix Rodrigo Mora en el que desmonta la supuesta veracidad de Buñuel, explica la visión de Legendre y deja en evidencia la razón que existe tras la persistente leyenda negra de Las Hurdes: un profundo desprecio hacia la indiosincracia propia de la vida rural. Ojo, sin que con ello se pretenda negar la dureza de la misma.

    http://felixrodrigomora.net/Tierra%20sin%20panII.pdf

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  5. Bueno, si es por opiniones y por artículos, ahí va uno de Ricardo Sanmartín Arce, catedrático de antropología social de la Complutense, que viene en resumidas cuentas a defender el valor antropologico del documental y a explicar el por qué del rechazo que de él han hecho siempre los hurdanos, y veo que el resto de los extremeños. Muy muy esclarecedor.

    http://www.ucm.es/info/dptoants/curriculos/SArce_B_A.pdf

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  6. No sé que decirte, Cuquificha, el artículo es interesante, desde luego, pero no me acaba de convencer esa teoría que busca justificación al rechazo de los hurdanos en algo que parece tan peregrino como orgullo y la vergüenza. ¿Y por qué no hacerles caso a ellos y pensar que si rechazan el documental de Buñuel es porque saben mejor que nadie que La Hurdes nunca fueron así? Digo yo...

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  7. Bueno, si esta opinión te parece sospechosa, ahí tienes otra, la del propio Fermín Solís, que cuando le preguntan por la cuestión admite que cree en la validez de lo que muestra Buñuel:

    http://www.youtube.com/watch?v=CfmwqZqaMOQ

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  8. Sí,conocía de antes este video, aunque de todas formas mi impresión con respecto a Fermín Solís es que se deja impresionar mucho por la arrolladora personalidad artística de Buñuel y acaba adoptando en exceso la mirada de aquel. En fin, admito que el asunto es discutible, por más que a mí Tierra sin pan me siga pareciendo basura sensacionalista...

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Como no me copies te pego

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