martes, 22 de noviembre de 2011

Tebeos en La Casa del Mundo (VI): American Splendor, de Harvey Pekar y Robert Crumb

Hoy voy a cometer herejía. O como dirían los niños de Carlos Giménez, voy a decir un pecado: hoy voy a elegir un tebeo de Robert Crumb y sin embargo, aún cuando todos sabemos que la gran creación de Robert Crumb es el propio Robert Crumb, no voy a hablaros de Robert Crumb, excepción hecha, claro, de la cantidad de veces que he dicho ya Robert Crumb. Pero no, para hablar de Robert Crumb prefiero emplazaros a otro programa; hoy quiero centrarme en la no menos interesante figura de su gran amigo Harvey Pekar, el único escritor que ha tenido el honor y el privilegio de contar, para ilustrar sus historias, con la colaboración de, seguro que no lo adivinais, Robert Crumb. Historias y colaboraciones recogidas bajo el título, ya todo un clásico del mundo de las viñetas, American Splendor.

Publicado en nuestro país por
Ediciones La cúpula en el número 12 de las obras completas de Robert Crumb, American Splendor es justamente el reverso tenebroso, la antítesis y hasta el antídoto y la refutación de lo que por tradición e historia ha venido siendo el tebeo norteamericano, esa industria fagocitada hasta la nausea por el superhéroe. Y es verdad, no puede haber nada más opuesto a las épicas y muy ruidosas aventuras de los superhéroes que las anécdotas mínimas, casi inexistentes, de Harvey Pekar, esos pequeños retazos de cotidianidad que se destacan y brillan precisamente por su total carencia de brillo, por su absoluta falta de esplendor.


Las peripecias que nos narra Pekar, en historias de apenas unas cuantas páginas, no pasan de ser las mismas simplezas y las mismas menudencias que nos acontecen a todos cada día. Peripecias del tipo, para que os hagáis una idea, de: Harvey conoce a Ed el loco, o Harvey hace cola en la caja del supermercado detrás de
una viejecita tacaña, o Harvey trapichea discos de jazz con los compañeros de trabajo, o incluso Harvey recibe el consejo desinteresado de Mr Boat o de Mr Rolling, filósofos urbanos que lo mismo disertan sobre el frágil equilibrio del cosmos que acto seguido le ofrecen un remedio casero para la alergia primaveral. Ese es precisamente el gran triunfo de Pekar, para cuya mirada nada es lo suficientemente insignificante, el de lograr convencernos de que es en los detalles más ínfimos donde reside lo auténtico, donde uno se da de bruces con las formas más sinceras y más honestas de la realidad.

Podríamos concluir que, en conjunto, American Splendor constituye una abrumadora crónica de la mediocridad; de la vida del hombre corriente, de ese hombre sin atributos -el propio Harvey Pekar- que lejos de los fastos y el oropel del éxito o la fama se esmera apenas por sobrevivir un día más sin dejarse por ello la dignidad en el camino. O dejándosela lo menos posible. Claro, y si encima cuentas con los dibujos de Robert Crumb... para qué insistir más.

Y ya por último y aunque no quiero extralimitarme en mis funciones, un consejo cinematográfico –Germán sabrá perdonarme- no dejéis de echarle un vistazo a la estupenda versión que protagonizó en 2003 el siempre solvente Paul Giamatti. Merece la pena.


American Splendor (Spanish)

6 comentarios:

  1. Me he pedido para mi cumple/reyes (que entre los dos fijo que lo consigo) un ebook, cuando lo tenga te pediré todos estos cómic, que el camino a la facultad es muy largo

    Cuquibesos para todos!

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  2. Hace unos meses pude leerlo ya que lo tienen en la Biblioteca (la recomendación de Super Lopez de la semana pasada no). Lo que cuenta es impagable, como bien dices es el reverso del comic. Aparte de eso Pekar me cae especialmente bien ya que es un gran aficionado al jazz. Allí en concreto cuenta algunas de sus andanzas para sacarse unos dólares con los discos. Suscribo la recomendación de don Moore.

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  3. Ana, para el ebook mejor te paso libros; los tebeos, al menos en el que yo tengo, no se leen bien. Para tebeos va mejor una tablet...

    Cuquibesos.

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  4. A mí me parece un tebeo fantástico, Pachi. Dos genios mano a mano. Y como dices, encima dos grandes aficionados al jazz. Además es justamente esa pasión compartida la que les puso en contacto y los unió. O eso cuentan en American Splendor...

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  5. Ummm libros, me da que tus gustos y los míos difieren un poco. Ya sabes que tú eres el listo de los dos ;D
    más cuquibesos.

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  6. A lo primero tengo que alegar que yo leo de todo, hasta libro-juegos, y a lo segundo, que eso está por demostrar. Si acaso el listillo.

    Pos más.

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