jueves, 6 de diciembre de 2012

Los letrinos en Villuercas

No es normal que mis amigos de letrinas me sugieran que vayamos al campo a hacer rutas de senderismo, es la 2ª ruta de este año y estoy encantado con estas experiencias, vuelvo a disfrutar de la Naturaleza en su máxima expresión, y con buenos amigos que te preguntan, que quieren saber qué especie de flora y fauna nos rodea y  para mí es un enorme placer dar esa información que tengo adherida desde hace muchos años y que enseguida relaciono, haciéndome recordar aquellos años en los que viajaba por España en busca  de tesoros naturales por descubrir como esta agreste comarca de Las Villuercas-Ibores.

A pesar de que salimos de Almendralejo con un poco de retraso (mea culpa) recuperamos bastante tiempo del perdido en el viaje gracias  a la eficiencia de Davidchip en el volante de su coche alemán, del que no diremos la marca por que no nos patrocina este blog... 
Pedro se impacientaba en Guadalupe y llamaba a JL, para saber por donde íbamos y cuanto tardaríamos. Davidchip que tiene muchas virtudes al volante, especulaba en el tiempo que echaríamos, sin contar que las carreteras no son precisamente llanas y que las curvas son impredecibles, lo que también las hace más encantadoras.

Después de dar una vuelta por el pueblo, conseguimos aparcar más o menos cerca de donde Pedro se aloja, y rápidamente nos pusimos en marcha en dirección a la Oficina de Turismo para que nos dijese por dónde había que salir para tomar la ruta de los molinos. Pero como no conozco bien la zona, equivocamos el camino, y al llegar a la Ermita de Santa Catalina nos dimos cuenta del pifiazo, así que bajamos y ahora sí encontramos la ruta de los molinos.

Molinos no había tantos como uno presagiaba, pero mas decepcionante fue encontrar algunas represas del río, y con botellas de plástico (y cristal) flotando por allí y estropeando la vista paisajística del río. Con el paso de los kilometros la perspectiva fue mejorando, la ribera del río estaba llena de alisos, castaños y más arriba robles, al otro lado una muralla, del que sorprendentemente salían alcornoques a pesar de que apenas tenían tierra donde arraigarse.

Llegó la hora de parar a reponer fuerzas, lo hicimos a la altura de una presa artificial, y que la única ventaja que nos suponía era la de sentarnos en un lugar cómodo y donde nos dió el sol y regulaba nuestra temperatura corporal. Después retornamos al camino ya de vuelta a Guadalupe, esta parte en descenso y que agradecían las tiernecitas piernas de JL, que no está acostumbrado a hacer tantos kilómetros (17) seguidos. Nos detuvimos enfrente del Monasterio de Guadalupe a ver morir el atardecer y a tomarnos un café (algún hereje se tomó una birra).

Valle del Hospital del obispo
A la mañana siguiente tras una larga noche de frío e incomodidades, nos levantamos con espíritu aventurero, comenzamos tomándonos unos churros guadalupenses, y tras preparar la logística senderista nos fuimos en dirección a Navatrasierra, y al encontrar un camino donde parar el coche, nos pusimos a andar por la margen izquierda, en dirección al valle del hospital del obispo, este lugar resultó ser un lugar maravilloso, con bosques entreverados de alcornoques y robledales, siendo de una originalidad poco vista por este viajero; buscábamos bajar en dirección al agua, pero las fincas privadas en unas ocasiones y la frondosidad del bosque en otras nos lo dificultaban, y eran los bosques de loreras lo que intentaba descubrir, pero fracasamos en el intento.

Era ya la hora de darse la vuelta, pero yo me quería dar el gustazo de andar entre zarzas, carrascas, jaras y todo eso que dificultan el camino, pero lo hacen más divertido. Hubo que vadear un arroyito, y subir una rampa complicada, no había veredas, excepto la que íbamos marcando nosotros. Encontramos un lugar donde daba el sol, se escuchaba el arroyo, y los pájaros cantaban alegremente: era el sitio idóneo para tomar el bocadillo con una cerveza.

A pesar de que JL y Pedro se preguntaban que adónde íbamos, pronto recuperé el camino principal y llegamos al coche, quedándose ellos dos sorprendidos de todo lo que habíamos recortado al tirar campo através..., pero así son las sorpresas que te da la naturaleza. Resumiendo, un fin de semana digno de repetirse, con más filósofos, y mas naturalistas que estén dispuestos a aprender los unos de los otros.

10 comentarios:

  1. Yeeepa! ¡Ya tenía yo ganas de leer tu crónica! Espero repetirla antes del verano y que mi Opel siga funcionando. (Ups,ya lo dije).

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  2. Pues tengo un chaleco en mi maletero que le contradice,Mr.Moore.
    ¡Habrase visto, después de deleitarse con la más exquisita de las cervezas!

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  3. Mentiras y más mentiras... y por la cuenta que te trae, más te vale cuidarme bien el chaleco, mr. Argus.

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  4. Dos rutas en un año. En cinco años te veo en el Himalaya.

    Saludos

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    1. A este ritmo, jaal, será dentro de 2 ó 3 vidas, así que espabilaros chicos, que necesitan leer nuestras aventuras campestres...

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  5. Cuando es la siguiente? Con 5 0 6 de estas estasmos preparados para el himalaya y más allá.

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    1. Cuando vayas con Diego, te darás cuenta de que esa afirmación está hecha de manera muy optimista.
      Yo podría ir con Diego a los Himalayas, pero seguramente estaría siempre unos pocos de km's detrás de él.

      Estoy pensando en la siguiente ruta, pero me gustaría que Adolfete estuviese por aquí, que no sea muy lejos, pero que se anden varios km's sin aburrirnos del paisaje. Voy pensando en ello...

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  6. El Adolfete no ha vuelto a ser el que era desde que le dejé ganar la carrera en la sierra de Hornachos. De hecho cuenta el amigo común, Bonaventure, que desde entonces va a todas partes en silla de ruedas, a veces motorizada y de cuatro ruedas -vamos, en coche-.

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  7. Jejeje, y cuando oye la palabra "Hornachos" o "Senderismo", se refugia en cuclillas en una esquina diciendo ...
    -"El horror, el horror"

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Como no me copies te pego

Reservado todos los derechos a los lectores, que podrán copiar, manipular, alterar y hasta leer todos los textos de este blog. Eso sí, se agradecería que mencionaran de dónde diablos han sacado el juguetito.