viernes, 24 de diciembre de 2021

Yes: Los atípicos genios.

Una de las cosas que tuvo el confinamiento del 2020, es que mucha gente se encontró con tiempo libre para dedicárselo a cosas como la música, empezaron a salir en Youtube un montón de personas, músicos muchos de ellos, que no habían escuchado nunca grupos como Yes, Genesis, Kansas, Frank Zappa, y de repente echan la vista atrás a la discografía de este y otros grupos y se llevan las manos a la cabeza, como demonios desconocían a estos genios, que hacían composiciones largas, tal y como se hacía siglos atrás en la música clásica, pero con instrumentos modernos y claro, uno se alegra de que la música que a uno le gusta, empiece a ser apreciada por la gente del sigo XXI. ¡Aleluya! Aunque haya sido por culpa del Covid19 de las narices...

Oír el disco Close to the Edge de Yes, debería de ser un hábito para las nuevas generaciones de músicos que se quieran dedicar a esta profesión. 

No es que los músicos sean extraordinarios, que lo son, es que las composiciones de este disco son de las que van ganando con la escucha una y otra vez, cada vez son mejores, la cantidad de detalles que tiene, y lo que uno aprende al oírlos.

El tema está compuesto por tres partes, la 1ª The solid time of change, empieza con unos sonidos distorsionados, de la guitarra de Steve Howe, no es sencillo entrar en esta 1ª parte, pero cuando percibes que hay caos, pero también armonía y coordinación, ya estás dándote cuenta de que esto es especial, después de 4 minutos de instrumentación, sale a relucir la voz peculiar de Jon Anderson. Esta parte ya es más digerible, son cuatro minutos más cantando.

 La parte 2ª es Total Mass Retain, una parte de transición, con Rick Wakeman creando una atmósfera especial.

Acto seguido la 3ª parte, I get up, I get down. Wakeman sigue a los teclados, se le añade la voz de Anderson y a los coros Steve Howe y Chris Squire, la intensidad y la emoción va subiendo, hasta que Wakeman parece reconvertir sus teclados en los mismísimos de J.S. Bach. El áurea que crean es increíble. Vuelve el caos, con Bill Brufford entrando de nuevo en escena, creando una serie de ritmos con Squire y Howe realmente magistrales, después un solo de Wakeman de los que marcan tendencia. Squire va dándole un toque especial a esa parte con su peculiar manera de tocar el bajo. Howe sigue acompañando a la guitarra eléctrica mientras Anderson remata la parte final de la composición perfectamente coordinados con el resto de músicos.



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