Homenaje a Francisco Lancharro

No me suele ocurrir, que me vaya a poner a escribir y sin embargo se me quede la mente en blanco. Puede ser por que el tema no es nada divertido, aunque a veces he escrito cosas poco divertidas, como denuncias de medio ambiente..., pero esto es más difícil, por que cuando se te va un amigo, ya no sabes muy bien como hilvanar las palabras, así que perdonadme si no me sale bien.

Fue a finales del mes de Enero, cuando recibí una llamada de Paco, no me extrañó mucho, por que lo solía hacer, me llamaba y hablábamos de cosas diversas, del equipo, de si iba o no iba a poderse a acercar con los chicos suyos a la ronda siguiente, así que como os digo, no me sorprendió. Pero lo que me contó no tenía nada que ver con el ajedrez, ni con el tenis de mesa, ni nada, sino con su salud, que por una vez le ponía un contratiempo. Le dí muchísimos ánimos y toda mi posible ayuda para luchar contra su enfermedad. 

El cómo conocí a Paco es  una anécdota curiosa, y es que la culpable fue su hija Cristina, que se apuntó a las clases de ajedrez en su colegio, sin previo permiso de los padres, solo un par de semanas después se los dijo a ellos y ya pasaba Paco a recoger a su hija "perdida"..., como siempre hago a principio de curso con los alumnos, les pregunto si quieren participar en torneos de ajedrez, y Cristina que siempre fue muy valiente y decidida, dijo que sí, a partir de ese momento, los caminos de sus padres, Paco y Yolanda, se iban a cruzar muchas veces conmigo.

Y encima Cristina tenía éxitos en esto del ajedrez, así que Paco no paraba de llevarle a todos los lugares para que siguiese jugando y subiendo su nivel de juego, como más tarde me contó él en una de nuestras conversaciones "intrascendentes", pero que duraban muchas horas, él aprendió a jugar de pequeño, pero por circunstancias de la vida, tuvo que dejar el noble juego.

Recuerdo que cuando Cristina se metió en el equipo a jugar en la liga, también lo hizo Paco y su hijo Miguel, por que se nos habían ido ese año muchos jugadores, viendo que éramos tan pocos, creo que participaron en todas las partidas, incluso yendo lejísimos,  pero si no ha quedado claro la generosidad y el compromiso de Paco para nuestro club... Gracias a él, fuímos creciendo todos. Pero sobretodo, nos habíamos hecho amigos, y eso no suele ocurrir siempre.

A veces yo no podía acudir a algunos torneos infantiles, pero eso no significaba que no estuviese informado al minuto de como iban Cristina y Miguel, ya fuese en Salvaleón (Badajoz) o en Salobreña (Granada), donde desde el año 2013 llevó ininterrumpidamente a sus hijos a los campeonatos de España por edades. Gracias (de nuevo) a su gestión, consiguió el fichaje de Abel Arjona allí en Salobreña, está clarísimo que era una persona que miraba por el bien del Club. 

Pero como lo de la gestión lo llevaba tan bien, hace unos años le ofrecieron el llevar la presidencia del Club Tenis de mesa de Almendralejo. ¿Esto le quitaba tiempo para el ajedrez? Sí, pero no nos olvidaba para nada, si tenía que jugar por la mañana en Campanario al tenis de mesa y por la tarde necesitábamos a Cristina en Badajoz, se hacía el viaje, y sin excusas, ¿si eso no es compromiso y generosidad, yo no sé entonces como llamarlo...?

La vida seguía de manera rutinaria, dentro de lo habitual que es no tener un fin de semana tranquilo, por que hay que estar de viaje a un lugar por el tenis de mesa o a otro por el ajedrez. Se me hacía raro que de vez en cuando no pasase por la Fundación Ruy López a preguntarme cosas, o a charlar de cualquier cosa. Sé que era aficionado a la música, más el rock que cualquier otra cosa, también era un gran aficionado al fútbol, en este caso era seguidor del Real Madrid, pero también y de manera muy fiel del C. D. Extremadura. En los viajes que hacíamos de varias horas, nos daba tiempo para todo, para saber lo que le gustaba y lo que no.

Se nos hace difícil pensar que ya no tendremos a ese amigo que en un momento dado te va a poder hacer el favor de acercarte a tal o cual sitio, sin impedimentos de ninguna clase. Que te va a contar el viaje que ha hecho para ir a jugar un torneo de ajedrez a Galicia, o sus vacaciones al centro de Europa, o al que le pides su opinión, por que sabes que alguien como él, que no solía tener discusiones, era siempre un punto de vista distinto al que uno puede llegar a tener. 

Han pasado varias semanas desde que ya no está entre nosotros, después de irme dos semanas a Salobreña, me vuelvo a encontrar con este escrito, que no termino de publicar, y es que la vida...

Te echamos de menos, amigo.