No es que esa mano sea tonta, pero sí que es tan atípica, que parece que lo sea, la forma tan original de tocar el piano es de Don Pullen, este músico es uno de los grandes referentes del piano del jazz en la década de los 70 y los 80. Este músico, como otros muchos, pasó por el grupo de Charles Mingus, uno de esos músicos a los que habrá que dedicar una entrada en Letrinas.
He seleccionado este vídeo de Don Pullen con su cuarteto más conocido, en el que está George Adams tocando el saxo tenor, el magnífico contrabajista Cameron Brown y el baterista Lewis Nash (en el cuarteto original estaba Danny Richmond), el tema es melódico en el primer coro, pero después se salen de madre tanto Don, en el que veréis el porqué del título de esta entrada, como el solo de Adams, en el que la influencia de Coltrane es nítida. Son 10 minutos de música intensa, pero en el que no falta el sentido del ritmo, y la musicalidad del piano de Pullen es maravillosa, no es como otros pianistas que se pierde en búsqueda de esa nota extraña que a él le puede dar mucha satisfacción, pero que al oyente normal, le saca de sus habituales estructuras musicales y en las que se pierde. Esto me hace preguntarme ¿debe un músico hacer música para él o para el público?
Ahí está el tio Paco, tirando del carro. A ver si algún día recupero mi libertad y puedo volver a implicarme con el blog. Madre mía, con lo feliz que estaba yo en el paro...
ResponderEliminarSe agradece que alguien ponga un comentario en la entrada.
EliminarSeguro que JL algún día de estos escribe algo, ahora que el blog casi que es anónimo de nuevo, que parece ser el condicionante para volver a escribir...
Me parece que no eras tan feliz en el paro, pero a lo mejor lo eras mas que ahora que trabajas.
No creo que sea precisamente el JL el que rompa la ley del silencio aquí. Si no estoy mal informado, la verdadera razón por la que abandonó los estudios de filosofía no es que le obligaran a estudiar ni que no tuviera tiempo -en eso el siempre ha ido "sobrao"- sino que le obligaran a escribir en los examenes. Por lo visto no quería poner ni el nombre.
ResponderEliminarAunque no sea fácil de creer, si que era muy feliz, lo que pasa que ya al final mi situación económica no me permitía tanta felicidad. Y sí, incluso con el bolsillo maltrecho era más feliz que ahora.
Por cierto, muy bonita la pieza.
No creo que la música halla de ser democrática, es decir, los músicos deben de compener para sí mismos, y será el público el que decida qué música escuchar.
ResponderEliminarSobre la felicidad de Alan, ya lo dijo Antoñito en multitud de ocasiones, el problema de la juventud no es la falta de trabajo, sino la falta de dinero.
Si después no venden una mierda estos tíos, aun siendo geniales, qué mas da, no... Tal vez los compositores deberían de hallar un equilibrio entre lo comercial y la calidad, siendo lo mas fieles a sí mismos, procuremos escucharles al menos, para que se den cuenta de que hay oyentes que aprecian esta música.
ResponderEliminarMe pregunto si JL aparecerá algún día por Letrinas, y nos diga si es feliz, al menos en la feria de Badajoz alegre sí que estaba el pendón cuando me llamó por móvil, pensando que era otro Paco, y yo que soy muy buena gente, también me puse celoso, no me llamaba a mi...