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Os cuento: estamos en 1985; el lugar Barcelona. Llauna SA, la empresa de publicidad donde trabaja Juan López, el alter ego de nuestro héroe, decide dar el salto al negocio del cine y convertirse en Llauna Films. Así que se prepara para rodar, junto a la Carner Bros Tinctures, su primera gran superproducción: Tronak el Karbaro. Y para ello necesitan de todo un elenco de estrellas del celuloide: el famosísimo Brut Kanlaster recién sacado del asilo para la ocasión, la megaestrella americana Valerie Astro, rubia y despendolada ella; el cachas de mentirijillas Miguelito Miguel Gómez y por su puesto el niño Marcelino Vinopan, un macarrilla robacoches recién fugado del correccional. Y todos bajo las órdenes de gran Cecilio Bemille, el aclamado director de “El último mambo en madriz”. Y claro, con esos mimbres, pues ya os podéis imaginar el cesto: a las primeras de cambio el Kanlaster que se nos muere –literalmente - de tanta excitación; la Valerie que se niega a aparecer vestida en la pantalla a no ser que lo exija inexcusablemente el guión -habrase visto semejante país de salvajes-; al Miguelito Miguel Gómez que le da vergüenza emular al Glenn Ford de Gilda y arrearle una galleta como dios manda a la rubia o el niño Marcelino Vinopan que se nos pasa todo el tebeo pidiendo, además en cheli, un cigarrillo.
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Por su puesto no se quedarán ahí los problemas de la gran superproducción: el gran Cecilio Bemille, decide mandarlo todo al carajo a mitad de película. Si total lo que él quería era rodar su Macbeth visto por detrás… Pero es que los de la Carner Bros se han echado atrás y el presupuesto ahora asciende, o mejor dicho desciende, a unas… 300 pesetas. Pero bueno, que no panda el cúnico, que siempre nos quedará Superlópez para hacer las veces de director, o de montador, o de especialista de efectos sonoros o de guardaespaldas de la Valerie o de lo que haga falta.
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Estamos ante una descacharrante exploración del mundo del cine que no deja títere con cabeza, que se ríe lo mismo de actores que de directores, de guionistas que de críticos, de productores que de periodistas. Vamos, que deja a la altura del betún al Truffaut y su “noche americana”… Y encima con un desenlace que se adelanta casi en 20 años al Woody Allen de Un final made in Hollywood. Toma ya, el cine plagiando al cómic…
Por cierto, ¿alguien sabe que es una script girl?
Super López: La Gran Superproducción (Spanish, CRG) por Umbriel
Por fin un tebeo que me he leído :D
ResponderEliminareste período de mi infancia como que no recuerdo que existera, espero que panda el cunico en mi interior o sí
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