lunes, 31 de octubre de 2011

Tebeos en La Casa del Mundo (I): The Spirit, de Will Eisner


Hace tiempo que le vengo dando vueltas a la idea de recopilar aquí mis recomendaciones para La Casa del Mundo, aunque no acabo de ver con claridad cuál es la mejor forma de hacerlo. Supongo que lo suyo sería recuperar los archivos sonoros que grabo para el programa, pero sinceramente no me apetece nada darle más relevancia a unas grabaciones que por sonido e interpretación más valdría dejar que se perdieran para siempre en el olvido. Sin embargo me sigue seduciendo la posibilidad de hacer aquí lo que nunca será posible hacer en la radio: mostraros las recomendaciones. Así que, con vuestro permiso, creo que voy a tirar por la calle de en medio y sí, recopilaré las recomendaciones, pero en lugar de los audios las acompañaré simplemente con los textos, que tampoco es que sean gran cosa, pero como modestas presentaciones pueden valer. Pues nada, vamos con la primera, The Spirit, de Will Eisner:

Desde luego se podrían decir muchas cosas a modo de introducción sobre esta serie, pero lo primero y lo más importante es dejar claro lo siguiente: si no conocéis el tebeo pero habéis visto la película que perpetró en 2008 Frank Miller, olvidaros de ella, mejor aún, quemadla si tenéis una copia, The Spirit no tiene nada que ver con eso. Lo juro.



El tebeo, iniciado en 1940 como una especie de cruce de caminos entre el superhéroe y la serie negra de inspiración pulp, es sin duda una de las series de mayor impacto y de mayor influencia en la historia del cómic. En las siete páginas de las que constan sus historias, casi siempre autoconclusivas, cabe todo: el mundo, la vida, la imaginación, el humor y el drama. No en vano por sus páginas desfilan una inabarcable galería de héroes enmascarados, de gánsters de medio pelo, de mujeres fatales que quitan el hipo, y la hasta vida si te descuidas, y de aventuras imposibles, pero sobre todo en ellas late un profundo amor por el hecho humano, ya sea en sus más pequeñas o ridículas manifestaciones, o en las gesta más grandilocuentes. En este aspecto Eisner siempre lo tuvo claro: lo que a él le interesaban eran las personas. Lo cual está muy bien, pero no agota, ni de lejos, las bondades del Spirit. Porque, si por algo destaca esta obra maestra del comic es por su inagotable catálogo de recursos narrativos, por su incansable búsqueda de soluciones técnicas para contar una historia , por el enorme vivero de ensayos y nuevas formas narrativas que es. Cuando nos referimos al Spirt de Eisner lo estamos haciendo a una obra que por innovación y creatividad bien podría ser comparada con las obras más inspiradas de un Orson Welles en el cine, o de un Cervantes en la literatura. Aunque tampoco me hagáis mucho caso; sé que exagero los méritos de Welles y sobre todo de Cervantes.


Para los interesados, cabe decir que pueden, o podían, o podrán, encontrar esta joya del noveno arte en nuestra maltrecha biblioteca municipal. Se trata de la más reciente y completa edición, la de Los archivos de Spirit, publicada por Norma editorial. Yo personalmente prefiero la edición anterior, también de Norma, en un glorioso blanco y negro, pero en fin, está tampoco desmerece en nada.

Como muestra os voy a dejar con Duelo mortal con Octopus, una de mis historias favoritas que se hace especialmente memorable por el magistral dominio del encuatre, la iluminación y sobre todo el ritmo secuencial del que hace gala Eisner, esa nube de humo que conduce la historia hacia la luz de la linterna que le releva; el arma y los guantes de Octopus en la oscuridad, la lucha con el propio Spirit...

Duelo mortal con Octopus

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