No es que me pretenda yo ahora un experto en el musical de allende el telón de acero. De hecho que yo sepa sólo conozco uno, Salmo rojo, de Miklos Jancsó. Pero como sea que ese uno me parece una muestra no del todo fallida, o incluso con ciertos aciertos no carentes de interés, o más todavía, con encantos indiscutibles -se ven tetas-, pues no me resisto a confrontarlo con el musical del otro ismo. Para el caso, faltaría más, la antológica escena de la cascada que coreografiara Busby Berkeley para Desfile de candilejas.
Vamos con la comparación y que cada cual saque sus propias conclusiones:
Vamos con la comparación y que cada cual saque sus propias conclusiones:
Musical ultra-supercial que lo flipas de corte netamente capitalista (Desfile de candilejas)
Musical mega-concienciado que te cagas de modales abasalladoramente comunistas (Salmo rojo)
La verdad es que en el fondo tampoco hay tanta diferencia: tanto a un lado con al otro de la ideología al final todo se reduce a una excusa vana para ver chicas guapas ligeritas de ropa...
Buff, qué petardos ambos. Estoy seguro de que debe de haber mejores maneras de mostrar chicas con poca ropa sin tanto rodeo.
ResponderEliminarPues a riesgo de perder el excaso crédito que aun me pueda quedar frente a vosotros, reconozco que me gustan bastante las dos películas.
ResponderEliminar