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jueves, 30 de diciembre de 2010
Platón, maestro de Nietzsche
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miércoles, 29 de diciembre de 2010
Debate sobre la crisis
Saludos a tod@s, después de la sesión sobre Platón que tuvimos el pasado día 27 de Diciembre sorprendentemente la gente tiene ganas de más y se planteó adelantar el debate sobre la crisis al próximo domingo día 2 a las 17:00 en la sede de la Fundación Ruy López, y dicho y hecho, a pesar de las prisas os pongo el libro en el que había pensado para marzo por si alguien quiere hecharle un vistazo la descarga es gratuita La crisis de las hipotecas basura de Juan Torres López. Nos vemos.
martes, 28 de diciembre de 2010
Coherencia
El pasado lunes 20 de diciembre estaba hojeando el Diario de Navarra. En las páginas dedicadas a televisión, mientras en la columna de José Javier Esparza titulada "Lobotomía" cargaba contra Gran Hermano (página 77), justo en la de al lado (la 76), dedicaban dos tercios de la página a "Los secretos de 'GH'", un artículo de Yolanda Vega de la agencia Colpisa, dedicado a un libro que se ha escrito sobre ese programa de televisión.
El martes 21 de diciembre, entrevista en "La ventana" de la SER de Gemma Nierga a Macaco. Una de las primeras preguntas en una entrevista sobre su nuevo disco comenzó con un "Llevas vendiendo discos diez años...".
El canal de televisión CNN+ dice adiós por su inviabilidad. Tras la fusión de las cadenas Cuatro y Telecinco, PRISA TV renuncia a explotar el canal en el que se emitía, que a partir de ahora Telecinco dedicará al reality show Gran Hermano.
Mientras tanto resulta que Belén Esteban ya ha aparecido en la portada de El País Semanal.
Está visto que lo que importa es lo que importa, y lo demás son tonterías.
Coda no poética: Personalmente, puedo decir que sería fantástico que esta entrada fuese una inocentada. Lo triste del tema es que nada de esto lo es. En esta ocasión y salvo que la autoridad diga lo contrario, no va a ir ninguna foto o ilustración.
martes, 21 de diciembre de 2010
Vamos al museo
Hola de nuevo, con-letrinos. Esta vez me apetece desvelar una de mis pasiones menos conocidas por vosotros, creo, y para más inri, poco vista en este espacio: la pintura. Para ello he elegido mi cuadro favorito. Se trata de : Rolla, de Henri Gervex.
Esta hermosa tela, que se puede disfrutar en el museo de Bellas Artes de Burdeos, presenta una joven desnuda, un hombre con el pecho al descubierto, y, en el suelo, sus vestidos amontonados. El joven Gervex provocó un escándalo de importancia, hasta el punto de que su obra fue retirada del Salón.
Está inspirado en el poema Rolla, de Alfred de Musset. El personaje masculino es un joven depravado y cínico que se suicida por falta de dinero. Antes de morir decide pasar la noche con Marion, hermosa cortesana de generoso corazón.
El momento escogido por el artista debería ser trágico, ya que eran los últimos momentos del joven. Sin embargo, para quien no conociera la historia escrita, el hombre dista mucho de pensar en el suicidio. Los gestos son los normales al levantarse: vestirse y echar una mirada al mundo antes de acudir a sus tareas, mientras su amante aún duerme. Por supuesto, se trataba de pintar un cuerpo de mujer que resumiera los cerca de ochocientos versos de Rolla. Espero que os guste.
La conversación
La conversación
La luz eléctrica se desplomaba mortecina sobre las paredes grises del angosto pasadizo y por un momento tuve la sensación de encontrarme en uno de aquellos edificios oficiales de mi juventud, uno de esos ministerios y consejerías que parecían querer imitar con sus laberínticos pasillos las asperezas propias de la burocracia. Un suave siseo, schhh, schhh, schhh, apenas perceptible entre el tumultuoso silencio, se elevó a través del cableado del piso y el sistema de rieles comenzó su marcha, transportándome con ritmo uniforme por la sala. La corredera sobre la que me desplazaba iba a morir a los pies de un agregado de muebles –algunas silletas, un mostrador y un biombo alto- situado al final del pasillo. El mecanismo me arrojó bruscamente contra una de las silletas y me recliné como pude procurando apoyar las muñecas esposadas sobre la mesa. El mobiliario tenía un diseño extraño, como sacado de un catálogo industrial futurista, pero no se le podía negar su comodidad, lo eficiente que resultaba en su cometido de albergar la anatomía humana. Esperé largo rato. No podía ver nada a través del biombo. Me sentía nervioso y añoré el efecto benévolo de la nicotina operando en mi organismo. Una voz inflexible, procedente del otro lado del biombo, me sustrajo de mis pensamientos.
- Interpelación primera: Si en un algoritmo de n vectores sectoriales se intersecan dos parámetros matriciales de rangos ortogonales ¿Cuántos conectores hilbertianos serán necesarios programar?
-Interpelación segunda: En sistemas monofásicos de retroalimentación bipolar, ¿qué carga de almacenamiento en paralelo deberá soportar una arquitectura modular?- Volvió a preguntar desapasionadamente.
lunes, 20 de diciembre de 2010
10 actores: Buster Keaton
sábado, 18 de diciembre de 2010
Por los picos de Europa
Llegar a Potes nos hizo estar casi 12 horas de viaje por varios autobuses. Parando en León y después en Riaño. Al llegar a Potes, prácticamente era de noche y apenas si nos dió tiempo para preparar la tienda (mini) y acostarnos, pues estaba a punto de ponerse a llover.
A la mañana siguiente empezamos la ruta por la comarca de Liébana, perteneciente a la zona santanderina, hubo un tramo bastante largo de carretera, pero encontramos el camino de tierra que nos debería de llevar a la base de lamontaña de Peña Prieta, pero ni Diego ni yo teníamos la certeza de que ese era el camino exacto, por fortuna nos tropezamos con un pastor, el cual nos indicó una fuente para llenar nuestras cantimploras y después nos acercó a la zona de Mesafría, donde hay una cabaña y donde pasamos la noche. El pastor nos llevaba a toda velocidad por que el tiempo había cambiado otra vez y estaba lloviendo, nosotros con las mochilas hicimos lo que pudimos para no perderle el rastro; Diego empezó a sufrir calambres y llegó con más retraso y más remojado que este menda. Para entrar en calor, el viejo pastor encendió la chimenea, pero creo que no calculó bien las consecuencias, pues el tiro no era precisamente bueno, y la ventolera que hacía a esas alturas es tremendo, con lo que la consecuencia fue de que el humo se quedaba en la cabaña y si no nos axfisiamos fue por que salíamos de vez en cuando a tomar oxígeno fuera. Nuestro anfitrión se fue y acto seguido apagamos la fogata.
El siguiente día parecía mejor, el tiempo seguía cambiante, muchas nubes y aire, y nosotros que para evitarnos peso de más en la mochila, habíamos echado poca comida, la errónea base alimenticia eran frutos secos/chocolate. Os aseguro que no es lo mejor para ir de trekking por esas montañas cantábricas.
Pasamos un repecho muy duro, pero después llegamos a un altiplano que nos venía a decir que llegaba la hora de tomar una decisión: tomar el ascenso a Peña Prieta (2538 metros), ir en dirección a la zona Palentina y subir el Pico Curavacas (2520 metros) o ir hacia el oeste y ver la zona asturiana de estas montañas. Subir a las montañas con una tienda de campaña (aunque fuese pequeñita) y sin una alimentación acorde al esfuerzo que había que hacer, nos hizo rechazar los ascensos de forma inminente. Pero el camino de descenso no era ni mucho menos sencillo, la lluvia volvió, y la zona en la que nos metimos era con hierba muy alta y piedras de pizarra que con la humedad hacían el terreno muy resbaladizo. Íbamos muy lentos, en ciertos tramos debíamos de quitarnos las mochilas para seguir el descenso, la cosa se ponía seria y no veía nada claro que saliésemos de allí sin un accidente... Pero de repente nos dimos de narices con una cabaña abandonada, en muy mal estado, pero un refugio a fin de cuentas y llegó justo en el momento en que la noche se nos echaba encima. La noche fue más larga si cabe que el día, pues ésta tenía goteras por todos lados, así que pusimos nuestras capas de agua colgadas encima para no mojarnos. Al levantarnos teníamos una balsa de agua pendiendo sobre nuestras cabezas.
Sobre las 12.00 de la mañana paró de llover y pudimos seguir con el descenso, y, sin saber cómo, hasta encontramos una vereda que nos llevó a una aldea y desde allí a una carretera local y de allí por fin a la civilización en forma de bar de carretera, yo llegué antes que Diego, por que el hambre y el mayor creciente asco a los frutos secos me motivaba llegar para pedirme un plato caliente de lo que fuera. Pero claro, llegué sobre las 16.00h y a esa hora la cocina estaba cerrada. Así que se aunque se apiadaron de mí y me hicieron un bocadillo de no sé qué, lo único para lo que valió fue para quitarme el deseo unos minutillos... Pero no era lo que yo había imaginado.
Diego llegó como unos 20 minutos después y pidió la carta (ja), lógicamente yo esperaba la misma respuesta que me dieron a mi, pero no, a él le dieron una opción que conmigo se calló la muy ... (en fin, dejaremos a la chica en paz). Yo veía el plato y solo pensaba en por qué no lo compartía conmigo..., menudo compañero.
Tras la estupefacción inicial (sobre todo por mi parte), estuvimos hablando con unos lugareños y nos preguntó que por donde anduvimos y cómo demonios habíamos bajado por ese lugar que nadie usa desde hacía años y que por eso la cabaña estaba abandonada. Después de esa tarde pusimos dirección hacia Potes y conocer los Picos de Europa versión Asturiana, pero eso, otro día.
viernes, 17 de diciembre de 2010
Las tareas del superhéroe
Sin embargo he de reconocer que de los contenido que trata el artículo, o dicho con mayor exactitud, de los que dice el artículo que trata el libro, o, con más precisión todavía, de los que trata el libro para que así lo pueda decir el artículo, hay uno que sí que me mueve a reflexión. Porque, dentro del amplio espectro de temas a los que puede incitar a debate el universo de las licras ajustadas y las mallas de colorines, siempre me ha intrigado sobremanera -y me sigue intrigando todavía- el de la puerilidad, la estupidez y el sinsentido de la empresa a la que se consagra el superhéroe tradicional, esa especie de frenesí aventurero repleto de brincos y pendencias que casi siempre se resuelven a hostias limpias y que parece más digna de un acróbata de circo o de un luchador de Wrestling que de un ser que quiere presentarse como la encarnación del poder absoluto. Y ciertamente no se puede negar que esa fuera la intención primera de los superhéroes clásicos: la de satisfacer las fantasías de poder de sus lectores adolescentes, a los que, por lo que se ve, no se les pasaba por la mente otra forma de alcanzarlo y ejercerlo más que a través del dominio de una fuerza y unas habilidades físicas superlativas, de todo punto inhumanas. Pero ocurre que a nada que se lean unas cuantas aventuras de superhéroes no resulta difícil percatarse de inmediato que el supuesto poderío de estos portentos físicos deviene y se diluye con frecuencia en la más absoluta esterilidad.
-Batman y Robin luchan denodadamente por hacer de éste un mundo mejor-
Ahora bien, aceptada también la incapacidad del superhéroe clásico para manejar con coherencia sus poderes, el destino que le aguarda pasa inevitablemente por su reconversión en herramienta de la política exterior del gobierno de turno; en arma intimidatoria con la que decantar el equilibrio de fuerzas entre estados. Tal es el uso que nos muestra, por cierto antes que Watchmen, Rick Veitch en su trilogía del superhéroe, principalmente en El Uno y en El Maximortal, donde el ser con superpoderes adopta, literalmente, el papel de bomba atómica. En este sentido puede resultar especialmente esclarecedor detenernos un momento a considerar los diferentes matices que Moore otorga en Watchmen a la función del héroe, bosquejados a partir de las actitudes y comportamientos de las tres figuras principales de su obra, es decir, de El Comediante, El Doctor Manhattan y Ozymandias. Así podemos comprobar que El Comediante vendría a representar la encarnación de ese héroe clásico que, en pugna con su impotencia para entender y resistir las fuerzas que rigen el sino de la vida de los hombres, decide no oponerse a ellas y acepta, aun con desprecio, el papel que le ha sido encomendado. No por casualidad es El Comediante el primero de los aventureros de Watchmen que se percata de la inutilidad de la tarea clásica del héroe y así lo manifiesta de forma expresa en la reunión de justicieros de los 60; como tampoco es casual el hecho de que sea, junto a Manhattan, el único al que se le permite continuar en activo, por supuesto trabajando en cubierto para el gobierno, una vez aprobada el Acta de Keane. Blake es el primero en comprender a carta cabal su condición de atrezzo en un drama que le desborda por completo; el primero que entiende el alcance y la profundidad del chiste que el superhéroe está condenado a escenificar y el primero en abandonar toda esperanza de redención para el colectivo, tragando sumisamente, en el fondo porque tampoco le queda más alternativa, con el mandato de reírle las gracias al sistema.
-El Comediante le ríe las gracias al sistema-
Frente a la figura desencanta y cínica de El Comediante, Moore contrapone el voluntarismo audaz e inconformista de Ozymandias. En este sentido Veidt mantiene una deuda inconmensurable con El Comediante, que como si de un guía espiritual se tratara, le abre los ojos y le revela la absoluta inutilidad de los juegos circenses en los que hasta el momento se han venido empleando, señalándole además el derrotero por el que a partir de entonces habrá de discurrir su labor. Pero a diferencia de El Comendiante, Ozymandias, que se autodenomina "el hombre más listo del mundo", sí se siente capaz de entender y manejar las dinámicas que se ocultan tras esas fuerzas misteriosas que dan forma al mundo. Veidt comprende que el verdadero poder se dirime en el campo de lo político y de lo económico y que quien pretenda poseer la fuerza necesaria para cambiar la realidad deberá adquirirla ineludiblemente en esos terrenos. Consecuentemente colgará para siempre el antifaz y hará pública su identidad civil, incluso antes de que el Acta de Keane le imponga ese deber, para afanarse desde entonces en la consolidación de un imperio económico transnacional que le asegure una verdadera influencia sobre la realidad. De esta manera Moore define y da forma, a través de la empresa que acomete Veidt, a una de la vías de las que dispone el superhéroe para transcender la insustancialidad y la impotencia de su tarea clásica; la misma misión de contenido netamente político que le otorgará al personaje de V en V de Vendetta. Una labor que ya no puede permitirse la distinción ingenua entre medios y fines, donde la línea divisoria entre héroes y villanos queda definitivamente desdibujada, dependiendo si acaso y en exclusiva del prisma ideológico que se utilice en su valoración. No olvidemos que V es presentado como El Villano y que Veidt, en su misión de salvar al mundo de los horrores de una confrontación abierta entre superpotencias no vacila en poner sobre el tablero en el que se dirime el conflicto los ensangrentados despojos de más de tres millones de cadáveres.
Pero aun siendo este cometido político una labor más eficiente y menos ingenua que la anterior, sigue sin ser realmente la que correspondería en rigor a la figura del superhéroe. Porque la acción política es ciertamente territorio de lo humano, pero no de lo sobrehumano. Y esa es la postura que materializa –o desmaterializa, según le venga en ganas- el Doctor Manhattan. Siendo en puridad el único dotado de superpoderes, Manhattan asume en principio la misma actitud que define a El Comediante, es decir acepta sin lucha el papel que para él le tiene reservado el gobierno de los EE.UU. Sin embargo sus razones son distintas a las de Blake: si la sumisión de aquel nacía de la impotencia, la de éste brota de la inercia y el desapego. En la práctica Manhattan es un hombre que por mediación de un lance accidental ha devenido súbitamente en una especie de dios –como suele ocurrir frecuentemente con los superhéroes tradicionales-, un dios al que, sin tiempo para asimilarlo, le cuesta entender las implicaciones de su nueva condición. Más absorto en comprender cuál debe ser su nueva relación con una realidad a la que puede modificar a su antojo hasta niveles subatómicos, Manhattan consentirá indiferente ante su utilización como arma intimidatoria definitiva por parte del aparato militar yanki, situación que se condensa magistralmente en el tebeo con el lema “Dios existe y es norteamericano”. Sin embargo y según se va entretejiendo a su alrededor la trama con la que Veidt pretende neutralizarlo, éste va adquiriendo conciencia de su naturaleza divina y de las distancias siderales que le separan de los asuntos más mundanos de los hombres. Por momentos puede entrever cual debe ser su misión, la misión verdadera del superhéroe, que nunca será la de plegarse a las necesidades de la realidad humana, sino la de plegar esa misma realidad humana a sus caprichos y antojos, la de hacerla, deshacerla, cambiarla y descambiarla a su gusto y a su imagen y semejanza. A esa conclusión parece llegar Manhattan al final de Watchmen, decidido al fin a abandonar la Tierra y a ocupar su tiempo en la creación de formas propias de vida que le sirvan de entretenimiento. Y esa es también la tarea que le encomiendan a sus superhombres los británicos Moore y Gaiman en los libros tercero y cuarto de Miracleman, la misma que les reserva Rafael Marín en su novela –sin grafismos- Mundo de Dioses, acaso las obras que mejor reflejan el hacer del superhéroe una vez librado a su propio destino: la de instaurar la dictadura de los seres superiores. Porque aunque les ha costado entenderse a sí mismos, la tarea de los superhéroes sólo puede comprenderse como el reflejo en el espejo de nuestro tiempo de aquellos dioses que poblaron el Olimpo griego, el panteón romano o el Asgard escandinavo. Vamos, me parece a mí.
miércoles, 15 de diciembre de 2010
Jugando con números
Esta entrada pretende formar parte de la IX Edición delCarnaval de Matemáticas cuyo anfitrión, en esta ocasión, es el blog Rescoldos en la Trébede.
Los números, esos personajes
Hoy voy a volver a publicar una entrada relacionada con las matemáticas. Pero en esta ocasión no va a ser una historia o un experimento, como ha ocurrido en ocasiones anteriores, sino un comentario y la recomendación de un libro sobre matemáticas.
"Los humanos son humanos porque estudian para ser humanos. De hecho, llevan siglos estudiando el modo de ser humanos. Aun así, la mayoría de las veces no lo consiguen."
"Y para que no volviera a irse, lo nombraron el Rey del Sistema, y él aceptó, y desde entonces reina sin comprender por qué es preciso ser nada para serlo todo."
"-¿Qué es un matemático? -preguntaba el 8 pequeño.
- Un hombre que hace cosas feas con los números -le respondía su madre."
"Pese a ello, algunos impares de ideas más radicales salían por la noche con armas impares y hacían masacres de números unos con la idea de exterminarlos."
lunes, 13 de diciembre de 2010
Mis tebeos favoritos: En busca de Peter Pan, de Cosey
Sin embargo ni los protagonistas ni el propio relato, como ya he apuntado antes, pretenden disolver definitivamente la realidad en un juego de apariencias y espejos contrapuestos, ni tratan de adentrase en esas zonas recónditas de la imaginación donde tal vez la realidad pueda volverse irreconocible y acaso también ingobernable; al contrario, ellos prefieren instalarse en ese espacio divisorio que les permite cruzar constantemente los límites entre ambos lados, entre esa margen que representa a la civilización (obligación, responsabilidad, cordura, ley y orden) y aquella otra que simboliza a la naturaleza (libertad, despreocupación, imaginación, vida salvaje y aventurera). Ellos eligen la ambigüedad de ese territorio intermedio, de esa tierra de nadie que más que indecisión es deseo de no renunciar a nada y que les permite alcanzar un mayor equilibrio tanto en su relación con el medio como con su propio yo interior. Porque esa es la lección que les legó el Peter Pan de Barrie, siempre omnipresente en el tebeo de Cosey: no la del niño que se negó a crecer, sino la del individuo libre que se opuso a la mutilación de ninguna parte esencial de su ser.
¿Aún no te has aburrido lo suficiente?...
sábado, 11 de diciembre de 2010
Espérame, de Konstantín Simonov (traducción de Yana Atanesova)
Cпасибо.
Espérame y volveré,
pero espérame con todas tus fuerzas.
Cuando la golondrina el nido abandone,
cuando las lluvias torrenciales cesen,
cuando la esperanza de mis seres queridos
desaparezca y ya no me esperen,
cuando todos me den por muerto,
cuando de mi existencia se olviden
y el viento los recuerdos de antaño se los lleve.
Sigue esperándome,
nunca la esperanza pierdas,
pues si no me olvidas nunca
capaz seré de vencer a la muerte,
incluso al destino pienso vencer,
pienso romper a la muerte su ligadura
que a ella con fuerza me une
y hacia tí poder volver.
Aunque cese la llegada de cartas
de parajes desconocidos y lejanos
y el viejo buzón se cubra de telarañas
de tal manera que ya ni te pares a mirarlo,
aunque una lápida me dediquen
y al verla te recorra un dolor amargo,
aunque todos me traigan flores
y en silencio dejen ir el llanto,
tú prisa no te des
para sentarte junto con ellos a una mesa
y para despedirte de mí, ponerte a beber.
Aunque la nieve los caminos cubra,
aunque las flores de frío mueran,
aunque los osos a invernar se pongan
y las tempestades cambien de idea a cualquiera,
aunque todos la esperanza pierdan
no dejes de esperarme,
y por todos los santos del mundo
te prometo que algún día,
tal vez el que menos te esperes,
cuando ya ni sepas lo que es una sonrisa,
cuando de buena mañana despiertes
y la puerta bien temprano abras
para hacia el pozo ir,
a lo lejos, por un camino, me verás venir.
Será entonces cuando verás
que en vano no esperaste
y de tanto haberme podido esperar
haya sido capaz de regresar.
En vano no esperaste tantos años,
en vano no perdiste la esperanza,
en vano no dejaste de amarme,
en vano no te ha dolido el alma,
pues capaz he sido de volver.
Vencí a la muerte en el campo de batalla,
vencí al cruel destino y
vencí en la guerra con honor
y con más alegría aún
regreso hacia tu corazón.
Mientras que con fuerza te abrazo
mientras que con mis cicatrizadas manos
tu larguísima cabellera acaricio,
mientras siento aquel perfume olvidado
y escucho con los ojos cerrados
como dejas ir el llanto,
me alegro de que me hayas esperado,
pues no he vuelto porque sí,
tan solo he vuelto
para la promesa poder cumplir.
Las gracias te doy
mientras miro hermosa sonrisa
y mientras tanto el dolor
que tantos años me retenía
poco a poco se disipa.
Y observo que por el horizonte
los que por muerto me daban,
los que ya no me esperaban,
poco a poco aparecen
y las miradas de algunos
me abren heridas que escuecen,
Todos se acercan sorprendidos
y las esperanzas entre todos crecen.
Algunos no se creen lo que sus ojos les muestran,
otros, abrazos nos dan,
otros, una sonrisa me dedican
y se retiran a su hogar.
Pero a mí sólo tú me importas,
sólo tus palabras llegan a mi alma,
las palabras más hermosas
que me han dicho en estos años sin calma.
Y en silencio me acerco a tu oído
y te digo de corazón:
"Sólo tú fuiste capaz de esperarme,
y por eso he vuelto, mi amor".