Han pasado un par de
meses, y no hemos vuelto a vernos.
Te echo de menos, te echo
de menos tanto que no me importa que te llevases los noventa y seis mil
trescientos cuarenta euros en billetes sin marcar y el bmw de tres puertas color verde aceituna
andaluza con un toque de luz del atardecer, que te gustaba tanto
conducir.
Antes tu silueta se alejaba semidesnuda hacia el baño, envuelta en un
adiós con sabor a un casi eterno etéreo cloroformo que dejaste en
mis labios.
23 de agosto, Elvis
susurra al otro lado de la habitación “you were always on my mind”
mientras despierto mimetizado con tu extravagante melena
rubia “made in taiwan” que orgullosa lucías cada vez que
atracábamos una sucursal con síntomas de especulación
inmobiliaria.
"...el bmw de tres puertas color verde aceituna andaluza con un toque de luz del atardecer..."
ResponderEliminarOh, que recuerdos, yo tenía un bmw así. Lástima que se lo llevara ella. Por cierto, es toda una alegría verte de vuelta por aquí. A ver si te prodigas más, hombre, que aquí siempre eres bienleído.