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Hasta el final de su larga existencia Eisner trabajó con denuedo por franquearle al cómic de pretensiones adultas un camino que hasta entonces había permanecido prácticamente inédito, cultivando a través de sus novelas gráficas una vía que, como no podía ser de otra manera, se alejaba radicalmente de la comercialidad superheróica a la que había permanecido sometido el cómic norteamericano. Pero una vía que además tomaba distancia con lo que por entonces venía desarrollandose, de la mano de los Crumb, Shelton y compañía, en el ámbito de la cultura Underground. Mientras en aquellos el carácter adulto de sus tebeos se definía principalmente a través de su capacidad combativa y de oposición a las estructuras sociales e ideológicas dominantes, Eisner se propuso llevar al medio hacia la madurez sin más coartada que la de la calidad artística y literaria de las obras, añadiéndole de paso una amplitud de miras y enfoques que, hasta entonces, era prácticamente desconocida en el mundillo, y que desmostraba además que ningún aspecto de la realidad resulta ajeno a las inquietudes artísticas del noveno arte.
En sus novelas, Eisner habló con naturalidad de temas tan poco frecuentes en la narrativa gráfica como pudieran serlo la cuestión judía, la familia y el matrimonio, la industria del cómic o la dinámica y los flujos migratorios de los barrios… De esta manera consiguió colocar, con genuina inquietud artística y profunda sensibilidad humana, una piedra esencial en el camino hacia la liberación del cómic de su exclusiva y empobrecedora consideración de producto infantil y de consumo.
En tres partes:
En tres partes:
Después de la nueva normativa dictada desde las altas esferas de Letrinas, me limito a decir lo siguiente:¡huyhuyhuyhuy! ¡ayayayay! ¡uuuuhhhh! ¡aaaahhhhh! ¡jolín, jolín! Eso es todo de momento.
ResponderEliminarMi gato dijo:...
ResponderEliminarY ya ves, con eso se forraron.
Camada de cabrones.
ResponderEliminar¡Cáspita! ¡Recórcholis! Y asínnn sucesivamente.
ResponderEliminarKrugius.
Adolfo, entre una cosa y otra hay niveles intermedios aonde Krugius también podría entenderte. No muchos y no mucho, pero algunos y algo sí. Ahora bien, por mí como si os comunicáis a pedradas. Vosotros sabréis.
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