Imagino que no me negaréis que oir a este hombre revelando su rollo tiene el efecto de retrotraernos de facto, inevitablemente, a otros tiempos menos pánfilos dónde el orgullo consistía en proclamar a los cuatro vientos y en tono sapiencial aquello de "la violencia no es el problema; la violencia es la solución". Ahora no, claro, ahora cualquier apelación a la violencia, sea cual sea su contexto y su sentido, es etiquetada de inmediato como fascismo buenista. Y eso aun cuando lo que se pretenda sea sencillamente describir la naturaleza de hechos y fenómenos de difícil negación. Lo dice nuestro propio invitado, "en este país explicar se confunde siempre con justificar":
Provocador e interesante, hay que reconocer que este hombre parece saber lo que se dice. Algo así podría afirmarse de aquel otro tan vilipendiado hoy día por las ideologías del panfilismo armonista y dialogante de los tiempos presentes. Pero lo cierto es que si nos atenemos a sus logros, bien podríamos concluir, como parecen concluir impresionados sus enemigos políticos en este fragmento de la producción hollywoodiense de 1943 "Mission to Moscow", que, siempre provocador e interesante, el hombre de acero sabía lo que se traía entre manos: